Las 4 claves del repunte de covid en China, según una inmunóloga: "Su vacuna funciona mucho peor que las occidentales"

Personal médico trabaja en una unidad de cuidados intensivos de un hospital en Wuhan, China.
Personal médico trabaja en una unidad de cuidados intensivos de un hospital en Wuhan, China.
SHI ZHI / EFE
Personal médico trabaja en una unidad de cuidados intensivos de un hospital en Wuhan, China.

En las últimas semanas, un nuevo brote de casos de covid ha surgido en muchas ciudades de China. Allí, la situación se torna dramática, con un colapso creciente de los servicios sanitarios y funerarios. Además, la reciente apertura de fronteras el pasado 8 de enero preocupa al resto del mundo.

Desde luego, la experiencia de 2020 ha dejado algunas imágenes difíciles de borrar en la memoria de los gobernantes y de los ciudadanos, y los miedos y las precauciones se antojan razonables. No obstante, es importante no perder de vista que las circunstancias son ahora diferentes.

"El riesgo de repetir lo que pasó en 2020 no es cero"

"El riesgo (de que se repitan escenas como las de 2020 o 2021) está ahí, no es cero", explica la inmunóloga e investigadora del CSIC Matilde Cañelles, que analiza para 20minutos los diferentes factores que contribuyen al actual rebrote de covid en China y de qué manera puede afectar lo que ocurre en la Nación del Centro a los países occidentales como España.

"(Entre la situación epidemiológica de China y de España) hay muchas diferencias", arranca la experta. "La principal diferencia es la cantidad de inmunidad de la población general, que en su caso es muy baja", detalla.

"En China, hay muy pocas personas que han pasado la enfermedad, algo que confiere cierta inmunidad", continúa, "y la vacuna que utilizan ellos funciona de manera mucho menos eficaz que las que se han puesto aquí".

"Las variantes actuales son mucho más transmisibles"

Cabe preguntarse por qué, con una inmunidad tan baja en la población, este brote de contagios se está dando ahora si previamente la transmisión del virus ha sido relativamente baja, teniendo en cuenta el tamaño de la población del gigante asiático.

Ante esto, Cañelles desarrolla que "el Gobierno chino ha llevado a cabo una política llamada 'cero covid' que, en principio, puede estar bien planteada. 'No vamos a dejar que la enfermedad se expanda; vamos a contener los casos cuando surjan, vamos a aislar a las personas que tengan la enfermedad para que no contagien a otros...' En el contexto de las primeras variantes que surgieron, podía tener un cierto sentido".

"Estas variantes no eran tan transmisibles, por lo que con esa política sí se podía pensar que el virus se podía contener, como se contuvo en su día el SARS-1. Pero claro, al generarse una pandemia y estar circulando el virus de manera abierta por todo el mundo, han ido surgiendo variantes más transmisibles, hasta niveles enormes que no tienen nada que ver con la variante original", apostilla.

"La vacuna china no funciona bien"

Para la inmunóloga, a la estrategia de China le faltó una pieza fundamental, en la forma de una vacunación efectiva. "Mantener ese cerco de 'covid cero'", dice, "si hubieran estado vacunando a la población con una buena vacuna hubiera tenido un cierto sentido, ya que hubiera frenado la transmisión del virus al tiempo que se aumentaba el nivel de inmunidad de la población".

"Pero como por una cuestión probablemente ideológica no han querido utilizar la vacuna occidental, sino que han utilizado la suya propia, que no funciona bien, y además las personas más mayores no se han vacunado", prosigue, "se han visto en una situación en la que el virus es mucho más transmisible y ellos no tenían inmunidad, con lo que cada vez es más complicado contener los brotes".

Esta dificultad se hace manifiesta si tenemos en cuenta que son las mismas variantes las que en estos momentos parece que circulan por el viejo imperio y por los países europeos, y las diferencias en los estragos que están causando son evidentes.

"No son variantes distintas a las del resto del mundo"

La cuestión de las variantes y de la evolución del virus resulta, de todas formas, vital para entender el repunte chino y hasta qué punto representa una amenaza en países en los que la situación inmunológica es mejor. 

"Las variantes que hay en China", apunta Cañelles, "no son distintas de las que están circulando en muchas partes del mundo, aunque ya están surgiendo otras subvariantes como la que hay en Nueva York (XBB1.5) un poco distintas".

"El hecho de que allí se propague como un incendio en un bosque de matorrales secos se debe a su baja inmunidad", insiste. "En China están en el peor escenario: una población mayor que no tiene inmunidad con una gran transmisión del virus. Es entonces cuando se saturan las UCIS y se disparan las muertes".

"Desde mi punto de vista, la principal preocupación viene porque no sabemos hasta que punto nos podemos fiar de la información que ellos nos pasan; desde luego, atendiendo a los muertos que reportan, no mucho. Por eso no sabemos si están secuenciando (identificando genéticamente las variantes del virus) lo suficiente para el nivel de transmisión que tienen ahora mismo; y cuanto más tiempo pase, más peligro hay de que allí surja una nueva variante que nosotros no conozcamos".

"Sería más fácil que surgiera una variante peligrosa aquí"

"El problema es que surja una nueva variante no catalogada y que se expanda a medida que viajen después de tres años de encierro", resume. "No va a ser en los próximos días, pero sí puede ser en el próximo mes o mes y medio", añade.

Además, la experta advierte de que si bien los virus tienden a evolucionar hacia formas más infectivas pero menos virulentas, esta norma no se cumple necesariamente en el caso del SARS-CoV-2: "Todas las variantes que ha habido siempre han ido evolucionando a ser más transmisibles; pero algunas han sido más virulentas y otras menos. Normalmente, se pensaba que los virus seguían esa pauta, pero en este caso concreto no lo estamos viendo".

Es decir, que "el riesgo está ahí". Con todo, Cañelles sí que reconoce que "precisamente, el hecho de que ahora mismo la expansión se esté dando en una población con una baja inmunidad hacia el virus hace pensar que no va a ser tan fácil que surja una variante que evada el nivel de inmunidad que tenemos en Occidente", ya que en el medio en el que se está moviendo el virus no existe esa presión evolutiva. "Sería más fácil que surgiera una variante de este tipo en Occidente, donde el virus va a 'tratar' de saltarse esa inmunidad". Esto no significa que no quede lugar para la prudencia: "la probabilidad no es cero, hay un elemento de aleatoriedad".

"Analizar aguas residuales de los aviones"

Teniendo todo lo anterior en cuenta, y con la información de la que disponemos actualmente, la inmunóloga argumenta que "si tomase una sola medida" esa sería "analizar las aguas residuales de los aviones procedentes de China".

"Ahí puedes", defiende, "sin ser intrusivo con las personas que entran, sacar mucha información. Extraer las partículas del virus y secuenciarlas". De esta forma sería vigilar las diferentes cepas y el desarrollo de sus linajes para ser capaces de reaccionar ante variantes más preocupantes.

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