Patricia Ramírez: "En una crisis lo primero es buscar la fuerza interior en aquello que dé sentido a nuestra vida"

  • La psicóloga publica nuevo libro, 'Somos fuerza', un manual para aprender a convivir y superar cualquier crisis.
  • "Cuando nos tenemos que poner a prueba a la fuerza todos tenemos capacidad de adaptación y reinvención".
  • Huir de la crisis no es una opción. "Debemos entender qué sentirnos mal o ansiosos forma parte de la vida".
Patricia Ramírez, psicóloga y autora de 'Somos fuerza'.
Patricia Ramírez, psicóloga y autora de 'Somos fuerza'.
BELÉN DE MIGUEL / CORTESÍA GRIJALBO
Patricia Ramírez, psicóloga y autora de 'Somos fuerza'.

¿Quién no ha sufrido alguna vez una crisis personal en sus propias carnes? La pérdida de un ser querido, una separación o ruptura de pareja, un despido laboral... Nadie está libre de pasar por una. Partiendo de esta premisa la psicóloga Patricia Ramírez acaba de dar forma a Somos fuerza (Grijalbo, 2021), un libro repleto de historias de personas - entre ellas, la propia autora- que han sabido vencer a la adversidad y que ahora quieren convertirse en punto de referencia y apoyo a los que también pasan por un bache.

Tras treinta años de experiencia, diez libros a las espaldas y convertida en una de las mejores divulgadoras de la Psicología en redes sociales como @patripsicologa - cerca de un millón de seguidores dan buena fe de su capacidad comunicadora-, Ramírez asegura “que nuestra manera de enfrentarnos al dolor, a la pérdida, a los problemas o a la propia aceptación de lo que no es recuperable, puede ser muy distinta si aprendemos a gestionar la adversidad desde la solución en lugar de sumirnos en el estado de "draque" (drama y queja). Porque hay pérdidas que son la crónica de una muerte anunciada, contra las que no podemos hacer nada, pero siempre nos queda la manera de decidir cómo vivirlas”. De cómo vivir y superar cualquier crisis charlamos en esta entrevista exclusiva con 20Minutos.

Somos fuerza nace como una propuesta de su editorial para escribir un libro dirigido a afrontar la crisis de la pandemia. Sin embargo, rápidamente se dio cuenta de que quería que versara sobre las crisis en un sentido más amplio. ¿Por qué este giro?

A mí me gusta divulgar y con la divulgación, ayudar e inspirar a quien lo está pasando mal. Me pareció que sí, que la pandemia era un momento de crisis que nos estaba afectando a todos pero que, en general, todos tenemos más de una crisis que atravesar en nuestra vida. Hacer algo exclusivo para la pandemia estaba bien pero ya que iba meterme en un libro, que siempre es algo complicado y laborioso, prefería ampliarlo para que cualquier persona que atraviese una crisis ya sea ésta fruto de una pérdida de trabajo, o de un duelo, de una separación, de un conflicto personal o, incluso, una crisis existencial tuviese herramientas prácticas con las que salir de ella.

"No me ha costado rebuscar en mis propias crisis pero sí medir hasta dónde compartía y hasta dónde no"

El libro tiene como motor la recopilación de experiencias de crisis vividas por terceras personas pero también por usted misma. ¿Le ha costado mucho rebuscar en tus propios momentos vulnerables?

No me ha costado porque yo siempre digo que soy una persona que llevo mucho trabajo conmigo. Soy muy consciente de cuáles son mis partes vulnerables y cuáles son las crisis por las que he atravesado en mi vida. Igual las crisis pequeñas no las recuerdo porque tengo mucha capacidad de resiliencia pero las grandes las tengo muy claras. No me ha costado rebuscar en ellas pero sí me ha costado medir hasta dónde compartía y hasta dónde no porque hay veces que cuando compartes de más involucras a otra persona. Y aunque ésta no se haya portado bien contigo pero no tienes por qué hacerlo.

"Con las terapias de tercera generación vi la luz en muchos sentidos, tanto como terapeuta como con la propia exigencia y esfuerzo que yo ponía en mi vida"

Explica también que lo que ha ido enseñando a sus pacientes a lo largo de estos años se lo ha ido aplicando a usted para salir de crisis muy difíciles. ¿Es complicado hacer este ejercicio?

Yo estudié hace treinta años y la terapia psicológica ha cambiado radicalmente respecto a lo que se hace ahora. En el momento en que yo descubro lo que se llama terapias de tercera generación, que van enfocadas a aprender a convivir con tus emociones, a dejar que las cosas fluyan, que tienen un ritmo pausado con la vida, que están relacionadas con la meditación, con los procesos de aceptación, con la autocomplacencia... para mí fue como ver la luz en muchos sentidos tanto como terapeuta para mis pacientes como con la propia exigencia y esfuerzo que yo ponía en mi vida. Esto cambió todo, mi forma de trabajar, la forma de relacionarme conmigo, de educar a mis hijos...

"Cada vez ponemos atención en el drama y la queja nos quitamos fuerza para poder andar hacia adelante" 

El título es muy revelador e insiste en que todos poseemos esa fuerza para superar una crisis pero cuando ésta se nos atraganta como puede estar pasándonos con la de la pandemia que parece que nunca acaba, ¿de dónde podemos sacar esa fuerza?

Aunque se nos atragante esa crisis tenemos que poder porque no existe otra alternativa. Si hubiera una alternativa como puede ser la huída o una marcha atrás o volver a repetir la historia todo el mundo la elegiría. Pero cuando tienes un punto de no retorno y es que estemos donde estemos en el momento de la pandemia solo nos queda caminar hacia delante, tenemos que plantearnos, primero, que no tenemos otra y cuando no hay un plan B sino solo un plan A donde hay que tirar hacia delante y sacar lo mejor que podamos de esta situación, también nuestro cerebro se enfoca en ese tipo de soluciones. Por eso digo en el libro que lo que va en contra de nuestra fuerza interior es ese “draque”, ese drama y esa queja. Que tenemos razón en que esta situación es injusta, en que no nos tendría que haber tocado vivirla, que hemos perdido gente por el camino... Sí, claro que sí, pero estar hablando todo el día de ello no va a hacer que eso vaya a cambiar. Por tanto, a modo de alivio, alguna vez quejarnos y drama bien, pero cada vez que nosotros ponemos la atención en ese drama y esa queja quitamos atención, vitalidad, fuerza de poder andar hacia adelante.

"Cuando no hay un plan B sino solo un plan A debemos sacar lo mejor que podamos de esa situación"

Entonces, lo primero que tenemos que buscar para sacar esa fuerza interior es nuestro propósito en la vida. ¿Yo para qué tendría en este momento que reinventarme? Para dar de comer a mis hijos, para volver a disfrutar de un trabajo más apasionado... Tú tienes que encontrar tu ‘para qué’ en la vida con tu propósito. Una persona muy inspiradora en este aspecto es Victor Frankl (autor del best seller El hombre en busca de sentido), un psiquiatra que estuvo en un campo de concentración, sobrevivió y cuando se dio cuenta que sus padres, su mujer, su hijo estaban muertos decidió que su propósito en la vida sería ayudar a otras personas a encontrar el suyo. Por eso, todos a pesar de nuestras desgracias tenemos que buscar nuestro propósito, algo que dé sentido a nuestra vida.

También son muy importantes para encontrar nuestra fuerza interior cosas como muy básicas. Cuando tú estás en una crisis donde te encuentras en un caos, en esa inseguridad dejas de hacer cosas para las que crees que no tienes tiempo, para el autocuidado: tu actividad física, dedicar horas al sueño, meditar un rato, cuidar tu alimentación, tener tu tiempo... Pero cuando dejas de hacer eso todavía desestabilizas más tus emociones, y si tú no encuentras un estado de serenidad y de aceptación, no podrás empezar a buscar soluciones y a tener energías para salir de la situación. El autocuidado tiene que estar para hoy no para cuándo tenga tiempo porque que es en ese estado emocional el que va a ayudar a sobreponernos.

"El autocuidado tiene que estar para hoy no para cuándo tenga tiempo porque ese estado emocional de serenidad es el que va a ayudar a sobreponernos"

¿Tiene la sensación de que durante este último año se ha fomentado demasiado el ‘somos fuertes’ o ‘nosotros podemos’ limitando la capacidad de sentirnos mal y de que afloren los sentimientos negativos? ¿Hasta qué punto puede ser esto perjudicial darles la espalda?

No podemos dar nunca la espalda a estos sentimientos y en el libro hago una crítica muy feroz a todos los gurús de la motivación que no hacen más que trasladarnos que nosotros solo somos actitud, que nuestra actitud sirve para todo, que no tenemos techo, que podemos superarnos constantemente, que la actitud la controlamos al cien por cien... Yo creo que esto más bien viene de redes sociales y de gurús que por una frase esplendorosa y magistral parece que te van a cambiar la vida y no es así. Porque con este tipo de frases o mensajes lo que trasladamos es todo lo contrario: culpabilidad y frustración porque la gente no se ve capaz de cambiar las cosas y de responsabilizarse al cien por cien de su futuro y su destino porque además eso es imposible. 

"Que un 'speaker' privilegiado esté trasladando que todo es actitud al que no llega a fin de mes es desconsiderado y hasta de mala educación"

Trasladar esos mensajes me parece poco empático y muy injusto porque no puede tener la misma actitud una persona que vive de una manera holgada, con una reserva financiera, que tiene un ordenador para cada uno de sus hijos... que otra persona que comparte un ordenador con todos los miembros de su familia y que no llega a fin de mes. Pídele a esa persona actitud, esa persona lo que te manda es al carajo porque no tiene para comer. Hay que tener mucho cuidado. Que un speaker privilegiado que gana un dineral por una conferencia esté trasladando que todo es actitud al que no llega a fin de mes es desconsiderado y hasta de mala educación. Estos mensajes son muy dañinos.

En la presentación del libro dice ‘es más sensato aprender a convivir con la adversidad que estar siempre deseando que no se cruce en nuestro camino’. ¿En general somos una sociedad que se ha acostumbrado a la idea de que debemos tener una vida perfectamente controlada?

En general, el concepto de superwoman y de multitarea ha hecho mucho daño porque nos hemos educado en que teníamos que ser buenos y exigentes en todo: buenas parejas, madres maravillosas, excepcionales en nuestro trabajo porque somos las primeras que nos ponemos ese techo de cristal... Ahora mismo hay muchas personas que tratan de llevar dos trabajos adelante, el trabajo de la casa más otras ocho horas de trabajo que tienen de compromiso con su empresa. Y tenemos que tener mucho cuidado porque el nivel de autoexigencia que nos hemos impuesto nos ha generado un nivel de estrés altísimo y esto es muy dañino.

"Si aprendiésemos a disfrutar de las cosas buenas que vamos viviendo durante la propia crisis seguramente no nos parecería tan complicada"

Dedica tres capítulos esenciales a la capacidad de resilencia o adaptativa, a la autocomplacencia y a vivir el presente. ¿Por qué son tan importantes estos tres puntos para superar una crisis?

La capacidad de vivir el presente es importante porque cuando tú estás dentro del caos, por ejemplo porque te acabas de separar, estás pensando en lo bien que estabas hace cinco años con tu pareja y retrotrayéndote al pasado o deseando que pasen tres años para salir del agujero. Y no te das cuenta que el único momento en que puedes hacer cosas por ti o por los tuyos es el presente. El presente nos parece tan terrible que no queremos estar en él. Peo hay veces en que la propia ansiedad viene de pensar en lo mal que estoy, lo mal que he estado o cómo voy a estar en un futuro. Si nosotros aprendiésemos a estar ahí, a meditar un rato, a reconocer nuestras emociones, a disfrutar de las cosas buenas que sí vamos viviendo en esa propia crisis seguramente no nos parecería tan complicado. Si viviésemos en el presente seríamos capaces también de valorar y agradecer la ayuda que nos están prestando, que un día he conseguido dormir ocho horas, si hoy he disfrutado del trabajo a pesar de que en casa tengo un follón… Seríamos capaces de apreciar todo lo que hay alrededor que funcional al margen de lo que nos está pasando y viviríamos con mucha más serenidad nuestro momento de crisis.

"Todos contamos con capacidad de adaptación y reinvención cuando nos tenemos que poner a prueba a la fuerza"

La inteligencia adaptativa, por su parte, es lo que nos permite una evolución. Las personas somos cambio, por lo que querer aferrarnos a cosas del pasado para seguir viviendo en un futuro no funciona. La capacidad de adaptación es que ahora te has separado y tienes que aprender a vivir desde tu separación, desde tu custodia compartida o desde tu soledad y te tienes que adaptar a esta situación. No puedes estar pensando qué feliz era o en que no voy a saber vivir así, porque todos tenemos esa capacidad de reinventarnos. La pandemia nos lo ha demostrado. Si nos hubiesen dicho el año pasado que íbamos a estar encerrados durante tres meses la gente te hubiera dicho ‘me muero’ y nadie se ha muerto por ello. Por lo que sí tenemos esa capacidad de adaptación y reinvención cuando nos tenemos que poner a prueba a la fuerza. Lo que hay que hacer es buscar porque para saber adaptarnos tenemos que tener un conocimiento sobre cuáles son nuestras fortalezas y en otras crisis qué me ha ayudado a salir de ella.

Y la autocomplacencia es un paso más, como pasar de juego en el nivel de la aceptación porque la autocomplacencia lo que dice es que aprendas a disfrutar de ti mismo y estar contigo independientemente de cómo te encuentres en ese momento. La gente está siempre pensando ‘ya cuando adelgace tres kilos', ‘ya cuando me libere de los niños’, ‘ya cuando lleguen las vacaciones’... y luego nunca hacemos nada porque seguimos en la misma rueda de hámster. Hay que tratar de estar bien y sereno con lo que soy hoy y esto no implica que no pueda aplicar a mi vida cualquier plan de mejora. Puedo cambiar mi forma de comer, intentar llevar una vida más activa, intentar ser más simpática, amable, paciente, educada... Puedo cambiarlo pero siempre y cuando me acepte y me disfrute hoy tal y como soy. Porque eso me va a dar más seguridad y autoestima para acometer cualquier cambio de mi vida. Si yo no hago más que criticarme y rechazarme esperando que llegue el momento perfecto para poder quererme eso va a costar mucho más, porque generar un cambio desde la no aceptación es muy complicado.

"Para poder ayudar tenemos que aceptar que la otra persona es distinta y que hay que hacerlo desde su escala de valores"

También habla de lo fundamental que es para el ser humano dejarse ayudar. ¿Por qué nos cuesta tanto, sobre todo en momentos difíciles, pedir ayuda? Y sobre todo, ¿cómo debe ser esa ayuda para no agobiar al que sufre la crisis?

En esta educación del ‘tengo que hacerlo yo todo solo’ pedir ayuda es un signo de debilidad. Nos cuesta mucho molestar a las demás personas igual que a nosotros nos cuesta decir que no cuando nos piden un favor. Pensamos que a la otra persona le puede pasar lo mismo: a ver si le pido ayuda y le pongo en un compromiso. Y además, nos cuesta pedir ayuda porque hay gente que cuando tú le pides ayuda está esperando que se la devuelvas y luego te pasa factura ese chantaje emocional.

A la hora de prestar ayuda lo más importante siempre es no aconsejar a la persona porque cuando aconsejamos no sabemos si esos consejos van a servir, son oportunos o la persona los puede en ese momento emprender. Lo mejor es preguntar: ‘en qué te puedo ayudar’, ‘estoy aquí dime tú para que me necesitas’ o bien decir cosas concretas ‘¿te viene bien que mañana te lleve a los niños al colegio?’. Pongámonos en el lugar de la persona porque a veces ofrecemos cosas que la otra persona no puede aprovechar o no necesita. Y muchas veces tenemos que ayudar aceptando las diferencias de la otra persona. Para poder ayudar tenemos que aceptar que la otra persona es distinta y que tengo que ayudarla desde su escala de valores y no desde la mía.

"Por muy fuerte que seas todos podemos acumular estresores o sufrir una pérdida que haga tambalear tus emociones"

Se dice ya que la cuarta ola va a ser la de la salud mental por cómo la pandemia está afectando en este sentido a un altísimo porcentaje de la población. ¿A dónde debemos agarrarnos para vencer esta crisis mental que se nos avecina como sociedad?

 
En primer lugar creo que hacen falta muchos más psicólogos en la Seguridad Social. Están completamente desbordados y son los primeros que van a tener buscar ayuda. Por ahora la psicología clínica sigue siendo algo que no todo el mundo se puede permitir así que mientras no se soluciona este problema la gente tiene que intentar buscar grupos de autoayuda, asociaciones, libros de autoayuda - que los hay muy malos pero también los hay muy buenos-, seguir a gente que le inspire, ser un poco autodidacta y quien se lo pueda permitir buscar ayuda profesional. A veces hay que cuestionar un poco nuestra escala de valores porque hay gente que tiene un coche carísimo pero luego dice que no tiene para ir al psicólogo. Miremos un poco por poner el dinero en las cosas que son realmente importantes. Porque por muy fuerte que tú seas todos ponemos tener un momento donde se te acumulen demasiados estresores o donde puede aparecer una pérdida que puede tambalear tus emociones y eso, de hecho, es lo normal. Pensar que a ti esto no te va a tocar es absurdo porque tenemos un abanico de emociones que están para manifestarse porque realmente existen situaciones que nos las activan. Simplemente tenemos que aprender a escucharnos y a entender qué sentirnos mal o ansiosos forma parte de la vida.

Portada de 'Somos fuerza', de Patricia Ramírez.
Portada de 'Somos fuerza', de Patricia Ramírez.
CORTESÍA GRIJALBO
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