Discapacidad adquirida, ¿qué es y cómo es su proceso de asimilación?

Silla de ruedas, señor mayor, discapacitado físico
En la Comunidad de Madrid cerca de 100.000 personas cada año adquirieren una discapacidad.
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Silla de ruedas, señor mayor, discapacitado físico

El día 3 de diciembre celebramos el Día Mundial de las Personas con Discapacidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "más de mil millones de personas, o sea en torno al 15% de la población mundial, tienen algún tipo de discapacidad" y, además, este porcentaje está aumentando. Por esta razón, hoy queremos dedicarle un espacio a la discapacidad adquirida.

¿Qué es la discapacidad adquirida?

La Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (FAMMA) lo dice bien alto y claro, "nadie está exento de padecer una discapacidad a lo largo de su vida". Una enfermedad, recientemente la de la Covid-19, o un accidente de tráfico pueden provocar discapacidad adquirida.

Lo que diferencia a la discapacidad adquirida de otras, como las congénitas, es que esta se adquiere durante alguna etapa de la vida. La razón puede estar en un traumatismo, una enfermedad, negligencias médicas o incluso la vejez. Como bien indica FAMMA, solo en la Comunidad de Madrid cerca de 100.000 personas cada año adquirieren una discapacidad de estas características.

¿Cuántos tipos de discapacidad adquirida existen?

Como bien nos explica el Observatorio Estatal de la Discapacidad, existen varios tipos de discapacidad adquirida que revelan algunos datos bastante importantes para entender la magnitud de esta discapacidad. Veamos algunos de ellos:

  • Discapacidad auditiva adquirida: su mayor incidencia es entre la población entre los 65 y los 80 años. Sus causas suelen ser accidentes o enfermedades. 
  • Discapacidad visual adquirida: según el observatorio "la ceguera o la pérdida de visión severa se produce en más del 80% de los casos a lo largo de la vida". Las causas que destacan son la miopía, el desprendimiento de la retina y el glaucoma.
  • Discapacidad física adquirida: es la consecuencia de una enfermedad o un accidente y es una discapacidad con gran prevalencia en la actualidad. 
  • Enfermedad mental: ansiedad, depresión... Las enfermedades mentales también pueden causar una discapacidad. Muchas se manifiestan a partir de la adolescencia o la juventud. Tratarlos a tiempo es fundamental.
  • Discapacidad adquirida por enfermedades raras: su escasa prevalencia entre la población dificulta el diagnóstico y tratamiento, pero eso no significa que no existan.

No podemos obviar algunos datos adicionales sobre que el 76% de las discapacidades adquiridas son consecuencia de una enfermedad. Sin embargo, después de esta primera causa están los accidentes laborales (40%) y los de tráfico (30%), tal y como indica el Observatorio Estatal de la Discapacidad

Fases: el proceso de asimilación de la discapacidad adquirida

El proceso de asimilación de la discapacidad adquirida pasa por una serie de fases que bien podríamos relacionar con las fases del duelo. Como bien explica la Federación de Ataxias de España (FEDAES), la discapacidad adquirida tiene un impacto mayor cuando se está viviendo una fase evolutiva

En cambio, en edades más tempranas este impacto es mucho menos fuerte. Los niños saben encajar mejor la discapacidad y aprender a vivir con ella. No obstante, esto no los exime de pasar por una serie de fases, comunes a cualquier etapa de la vida. Estos son los que recoge la FEDAES:

La primera fase es la de la incertidumbre. La preocupación y la confusión son los síntomas más característicos, ya que no se sabe cómo evolucionará la discapacidad y cómo puede afectar en el futuro. En este punto es normal hacerse preguntas como ¿por qué a mí? o ¿qué me va a pasar?

La segunda fase es la del shock. La persona es capaz de ver que tiene una discapacidad adquirida que le ha cambiado la vida por completo. Esto le causa un aturdimiento que puede durar desde unos días hasta unas semanas. Es como si no se creyese lo que le está pasando, 

La tercera fase es la de la negación. Se trata de una reacción normal que le ayuda al individuo a protegerse. Esta fase se resolverá siempre y cuando no llegue a interferir con los diferentes tratamientos, como la rehabilitación. Si es así, la discapacidad puede empeorar con el tiempo.

La cuarta fase es la de la pena. El paciente es consciente de lo que le sucede y del cambio que ha supuesto la discapacidad adquirida en su vida. Esto le entristece y le puede provocar una bajada de autoestima. Incluso, puede que se niegue a salir de casa y que se aleje de sus seres queridos. 

Finalmente, la última fase es la de la aceptación. El individuo hace su vida, trabaja, queda con sus amigos, etc., siendo consciente de sus limitaciones y del cambio que le ha supuesto la capacidad adquirida. Según FEMAES, "otros aspectos de la vida crecen en significación".

El proceso de asimilación de la discapacidad adquirida no es fácil y cada persona lo va a vivir mejor o peor. El apoyo de la familia, de los amigos y que la sociedad comprenda realmente este tipo de discapacidad es fundamental para poder ayudar. Recordemos que todos podemos padecer una discapacidad en algún momento. No olvidemos esto en el Día Mundial de la Discapacidad

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