Es un manjar centenario que ha colocado al municipio coruñés de Betanzos en el mapa de la gastronomía mundial.
La clave está en la materia prima: patata gallega, huevos de corral, aceite de oliva y el punto justo de sal.
El secreto del éxito está en el cariño de las cocineras y los cocineros, pero también en la práctica, porque la técnica es fundamental en cualquier arte culinario.
La tortilla de patata de Betanzos es muy jugosa, poco hecha y con una norma inquebrantable: nada de cebolla.
A juzgar por las caras, degustar este emblema gastronómico, único en nuestro país, es un placer que merece la pena.
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