10 principios básicos de seguridad alimentaria para evitar intoxicaciones en verano

Ensalada en varios táper.
Ensalada en varios táper.
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Ensalada en varios táper.

Durante los meses de verano aumentan las intoxicaciones alimentarias que, además, suelen ser más graves. Estas intoxicaciones tienen lugar con más frecuencia en el hogar que fuera de él. 

El calor es uno de los factores que hacen aumentar estos problemas alimentarios y, concretamente, una de las principales complicaciones que se dan es la deshidratación. 

De este modo, conviene seguir una serie de indicaciones y consejos de seguridad alimentaria para limitar el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria, sobre todo, en el hogar.

10 consejos  para evitar intoxicaciones en verano

Los cambios de horario, las comidas fuera de casa o las altas temperaturas que propician el crecimiento de microorganismos en los alimentos y ayuda a romper la cadena de frío con más facilidad son factores que hacen aumentar los problemas alimentarios. 

Por ello, desde la Organización de Consumidores y Usuarios indican 10 principios básicos de seguridad alimentaria que se deben seguir para evitar intoxicaciones en verano, evitando que las bacterias lleguen a los alimentos: 

  1. Extremar la higiene personal. Lavarse las manos al ir al baño o al tocar animales, plantas, tierra... Y, sobre todo, siempre antes de manipular alimentos.
  2. Después de cocinar, refrigerar la comida cuanto antes, sin dejarla a temperatura ambiente, ya que es la más peligrosa. 
  3. Al salir al campo o la playa, llevar la comida en recipientes muy limpios y herméticamente cerrados. Mantener fresca la nevera o cesta con la comida, con acumuladores o una bolsa de hielos.
  4. Las sobras de comida, a la nevera… o a la basura.
  5. Dejar los alimentos tapados y bien protegidos: así se evitan las visitas de los insectos, que pueden transmitir la intoxicación.
  6. Evitar la contaminación cruzada: tablas, platos o cubiertos que se hayan usado con alimentos crudos, no utilizarlos otra vez con los cocinados sin haberlos lavado. Usar cubiertos limpios al servir las salsas, ensaladas o guisos.
  7. Recalentar solo la porción que se vaya a consumir.
  8. En la compra, dejar para el final los alimentos que necesitan refrigeración.
  9. Tener especial cuidado con los productos con salsas, con mayonesas, con los asados y con las preparaciones que incluyen alimentos cocinados y crudos a la vez.
  10. En lugares donde el agua no ofrezca garantías, tomarla embotellada y sin hielo. Tener cuidado en ese caso también con las verduras frescas y los moluscos.

¿Qué hacer cuando ya se ha producido una intoxicación?

Cuando ya se ha producido una intoxicación alimentaria es importante conocer la forma de actuar y, sobre todo, tener claro que la clave es la rehidratación.

Así, se aconseja tomar suero comprado o un preparado alcalino casero. Este último se prepara con un litro de agua, media cucharadita de sal y media de bicarbonato sódico, dos cucharadas de azúcar y el zumo de un limón. 

En caso de que el afectado sea un niño o un anciano o una persona de riesgo y no mejora en 12 horas, hay que acudir al médico. Los adultos sanos pueden esperar un poco más.

Si la fiebre es más alta de 38°C también hay que ir al médico, así como en caso de que la diarrea o los vómitos sean sanguinolentos.

Posteriormente, cuando cesen los vómitos, hay que empezar a comer algo poco a poco, con una dieta blanda y astringente: arroz cocido, patata o zanahoria cocida, caldos, sopas suaves... 

Por último, cuando estos alimentos ya sean bien tolerados, se pueden ir introduciendo otros alimentos.

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