¿Cómo afecta el almidón resistente de las patatas a la microbiota intestinal?

Sin duda, la mejor opción es utilizar el horno, la cazuela o la sartén para cocinarlas. El motivo es que en el microondas puede sobrevivir la bacteria responsable del botulismo.
Sin duda, la mejor opción es utilizar el horno, la cazuela o la sartén para cocinarlas. El motivo es que en el microondas puede sobrevivir la bacteria responsable del botulismo.
Pixabay/Wounds_and_Cracks
Sin duda, la mejor opción es utilizar el horno, la cazuela o la sartén para cocinarlas. El motivo es que en el microondas puede sobrevivir la bacteria responsable del botulismo.

El almidón resistente es una fracción del almidón que es capaz de resistir a la digestión, por lo que se mantiene íntegro a lo largo del tracto gastrointestinal, otorgando beneficios fisiológicos asociados a la salud. 

De manera natural el almidón resistente se puede encontrar en alimentos como, por ejemplo, granos de cereales, semillas, legumbres y tubérculos, tal y como informa el artículo científico publicado en la Revista Chilena de Nutirción y recogido en Scielo

¿Qué beneficios tiene el almidón resistente?

El almidón resistente se puede ingerir en alimentos como las patatas y su beneficio se centra en que, como se ha comentado, no se digiera durante el proceso digestivo, por lo que llega intacto al colon. 

En esta parte del intestino hay multitud de bacterias y el almidón resistente que llega a este punto sin digerirse estimula su crecimiento, proliferación y actividad de las bacterias beneficiosas, por lo que se convierte en un así en un perfecto prebiótico, tal y como señalan desde Conasi, empresa de alimentación natural, pionera en España en el sector de la alimentación ecológica.

Otras ventajas o beneficios que tiene la ingesta de almidón resistente las señala CuerpoMente, que incide también en que este almidón alimenta a las bacterias que producen ácido butírico y propionato, sustancias ayudan a regular la pérdida de peso, entre muchas otras funciones. Otros beneficios son:

  1. Reduce la absorción de hidratos de carbono: en cambio, se potencia el efecto prebiótico en nuestro intestino.
  2. Mejora la inflamación: esto se debe a la acción del ácido butírico o butirato, que ofrece protección contra el cáncer de colon y mejora la inflamación. 
  3. Te ayuda a adelgazar: gracias a la producción de propionato, otra grasa saludable, que las bacterias del colon producen gracias al almidón resistente que consumido.
  4. Mejora la resistencia a la insulina: resulta interesante para diabéticos, ya que mejora la sensibilidad a la insulina.
  5. Disminuye la permeabilidad intestinal: mejora la integridad de la mucosa intestinal y el funcionamiento del sistema inmunitario.

No todos los almidones son igual de eficaces, ya que existen cinco tipos diferentes, siendo el más beneficioso para la microbiota el almidón retrógrado, es decir, el tipo III.

Así, por ejemplo, la patata y el arroz contienen almidón tipo II en crudo, y cuando se cocina se puede ingerir parcialmente, pero este no tiene propiedades prebióticas. Sin embargo, si tras cocinarlo se deja atemperar y se refrigera, al día siguiente se obtiene patata y arroz con almidón retrogradado (tipo III) de efecto prebiótico, aconsejan desde Conasi. 

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