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Policías y bomberos para combatir el estrés de los niños ingresados: "A mi hijo le vuelven a brillar los ojos"

Sobre la cama de Gabriel Eduardo hay algunos juguetes. Su familia se los ha traído para intentar que la estancia en el hospital no se le haga tan pesada. Pero el sheriff Woody, los coches y el resto de muñecos quedan en segundo plano cuando una autoescala entra por la puerta y choca contra sus piernas. El pequeño suelta una carcajada y la mirada se le ilumina al ver aparecer a un grupo de bomberos. Durante un rato, se evade de un ingreso por un dolor estomacal que dura varios días.

Esta visita forma parte de uno de los once talleres del programa Apoyo a niños hospitalizados, puesto en marcha por el Hospital San Rafael de Madrid, y en el que, junto a Bomberos del Ayuntamiento de la capital, participan la Policía Nacional y el Samur. La iniciativa persigue minimizar el estrés que supone para los menores estar ingresados, lo que puede derivar en desajustes. "Se trata de humanizar la hospitalización, con actividades emocionalmente agradables y psicológicamente útiles para mejorar la capacidad de enfrentamiento de los niños y de sus familiares", explica el doctor Jesús Paños, director del proyecto y responsable de Psicología Clínica de Infancia y Adolescencia del centro.

"Ver que se anima, que sale de la esfera en la que está, es lo máximo. Le vuelven a brillar los ojos", confirma Iliana, la madre de Gabriel Eduardo, mientras le hace fotos a su hijo con un casco puesto. "Esto para un niño es alucinante. Está deseando comentarle a sus amigos que los bomberos vinieron a verle", dice emocionada ella también.

Gabriel Eduardo, ingresado en el San Rafael de Madrid, recibe la visita de los bomberos
Enrique Cidoncha

En la habitación de enfrente, Marilo, abuela de Bosco, tiene la misma sensación: "Todo lo que sea beneficiar a los niños, que tengan una alegría, me parece estupendo". Recién operado de apendicitis, el niño mira con atención el libro que le acaban de regalar y que, de forma amena, recoge pautas para evitar peligros como los incendios. "¿Sabes qué hacemos los bomberos?", le preguntan. "Apagar fuegos", responde él. "¿Sabes qué más cosas hacemos?", le insisten. "Bajar gatos de los árboles", agrega con firmeza.

"Jugamos con ellos pero también hacemos una tarea preventiva", señala el jefe de grupo David Cubillo. "Intentamos acercarles nuestra figura. Queremos que nos vean como una persona de referencia. Les explicamos nuestra función, nos cuentan cosas y hacemos con ellos talleres de realidad virtual y con un dron", añade la oficial de Policía A.A.

Los policías que participan en el programa 'Apoyo a niños hospitalizados', durante el taller.
E. C.

Ambos cuerpos adaptan sus actuaciones a la edad de los pacientes. El plan está dirigido a los que tienen entre 2 y 16 años y, además de los talleres realizados por estos profesionales, ofrece desde lectura a robótica y programación, pasando por fotografía o el fomento de la creatividad. "Se hacían muchas actividades para intentar mejorar la estancia de los niños en el hospital pero el programa trató de ver cuáles eran las más beneficiosas", apunta el doctor. 

El proyecto lleva un año en fase piloto pero ha sido presentado ahora, en un acto en el que se anunció que el hospital y la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense estudiarán sus efectos en los participantes, porque, si bien existe mucha biografía sobre estas técnicas, no se ha evaluado su eficacia. El objetivo es compartir los datos obtenidos de esa investigación para que la iniciativa pueda ser extrapolada a otros centros y cada vez más pequeños pasen lo mejor posible una experiencia que trastoca sus vidas.