Quemaduras, otitis y conjuntivitis son los problemas de salud más frecuentes en la playa

Imagen de la playa de Cullera (Valencia), abarrotada de bañistas.
Imagen de la playa de Cullera (Valencia), abarrotada de bañistas.
Juan Carlos Cárdenas / EFE
Imagen de la playa de Cullera (Valencia), abarrotada de bañistas.

Esperamos la llegada del sol del verano, pero ahora que ya está aquí no podemos olvidar que el sol no puede ser nuestro mejor amigo. De hecho, sus rayos son uno de los mayores enemigos de nuestra piel.

Las largas jornadas de playa que disfrutamos en verano requieren tomar una serie de precauciones básicas para evitar los posibles riesgos para la salud que implica la sobreexposición solar o los periodos prolongados en el agua.

“Las quemaduras, la otitis o los golpes de calor son algunos de los problemas más frecuentes en la playa, pero no son los únicos”, apunta César Morcillo, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA. Para evitar correr riesgos, los expertos de Sanitas proponen una serie de claves de salud a tener en cuenta en la playa:

Hidratación

Es especialmente importante mantener una buena hidratación en la playa, donde las temperaturas son elevadas y la exposición al sol más pronunciada. El agua se encarga de lubricar las articulaciones, nutrir al cerebro y la médula espinal y, por supuesto, mantener la temperatura ideal del cuerpo. Se calcula que un adulto puede perder alrededor de 1,5 litros de agua a la hora cuando está produciendo sudor, por lo que es imprescindible reponer ese líquido. Además de beber agua y evitar las bebidas azucaradas o carbonatadas, tomar frutas como melón o sandía, con un 95% de contenido hídrico, ayudarán a reponer los líquidos perdidos y evitar los golpes de calor.

Sobrexposición al sol

La exposición al sol por periodos prolongados o sin tomar las precauciones necesarias supone riesgos graves para la salud. Hay que utilizar un fotoprotector adecuado al fototipo de la piel, cubrir la cabeza con un gorro y aplicarse crema solar de forma recurrente. No hacerlo puede provocar desde el envejecimiento prematuro de la piel hasta afecciones cutáneas como cáncer de piel de varios tipos, entre ellos el más peligroso, el melanoma. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que 6.205 personas serán diagnosticadas con un melanoma cutáneo en España este 2019, la mayor parte causados por los efectos del sol.

Protege tus ojos

En la playa, nuestros ojos están expuestos a altos niveles de radiación UV. Necesitamos una protección adecuada para prevenir posibles afecciones oculares como conjuntivitis, queratitis o, incluso, cataratas. Prescindir de una protección adecuada puede derivar incluso en problemas más graves; hasta un 20% de los casos de ceguera en todo el mundo se atribuyen a una exposición solar excesiva o inadecuada. Para reducir los riesgos, conviene utilizar gafas de sol con protección total frente a los rayos UV y que cuenten con el certificado de calidad de la Unión Europea para garantizar su efectividad.

También los oídos

Refrescarse en el agua favorece la aparición de la llamada otitis externa, producida por el contacto de los oídos con hongos y bacterias. El 84% de las otitis externas que se producen en verano se contagian en playas y piscinas; la combinación de agua y calor favorece su propagación. Para evitar esta infección, lo ideal es evitar la entrada de agua en el conducto auditivo y secar bien los oídos al salir del mar. En caso de detectar síntomas de otitis, es imprescindible consultar con el médico especialista para evitar que el problema pueda agravarse.

Riesgo de sufrir lesiones

La playa es el entorno perfecto para practicar deporte, pero hacerlo sin tomar precauciones puede acarrear lesiones, tanto musculares como en huesos y articulaciones. Estirar y calentar antes de realizar la actividad física, no hacer ejercicio durante las horas centrales del día y adaptar el tipo de ejercicios a la condición física, son algunas de las claves para practicar deporte de forma segura en este entorno.

Picaduras de medusas y otros animales

Las plagas de medusas son frecuentes en verano en las costas españolas, especialmente, en las playas donde el agua del mar alcanza mayor temperatura. En caso de sufrir una picadura de uno de estos animales, lo primero que se debe hacer es limpiar la zona de afectada con suero fisiológico y colocar hielo a través de un paño durante al menos 15 minutos. En el caso de que algún tentáculo o parte de la medusa haya quedado adherida a la piel, se deberá retirar con unas pinzas. Si es posible, se debe acudir al puesto de atención médica más cercano, donde podrán administrar al afectado un antihistamínico que modere la reacción alérgica y un analgésico para el dolor.

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