Un lóbulo perfecto
- Con los años el agujero del pendiente se desgarra.
- Se pone un punto en el agujero y se espera a que cicatrice.
- Después se aplica gel cohesivo de ácido hialurónico.
Con el paso de los años, o el peso de los pendientes, los lóbulos de las orejas se desgarran y deforman, estropeando un conjunto físico armonioso.
Hasta ahora sólo la cirugía era capaz de corregir a través de la otoplastia tales problemas.
Actualmente la directora Ana Mª Barranco, directora del centro de medicina Estética Génova 10, lleva a cabo una técnica muy novedosa, destinada a conservar, mejorar y reparar el aspecto de los lóbulos auriculares.
Este desgarro es un problema que sufren muchas personas, así como el del alargamiento del lóbulo.
El uso continuado de pendientes o traumatismos por su arrancamiento pueden ser reparados mediante el cierre total del agujero y la posterior reconstrucción lobular.
Una vez cerrado con un punto, y cicatrizado, se rellena y da una forma redondeada mediante el gel cohesivo de ácido hialurónico.
El paciente apenas experimenta molestia gracias a que puede utilizarse algo de anestesia local. El primer dia se recomienda usar una banda o cinta de tenista para inmovilizar las orejas.
El precio ronda unos 200 euros.