Mejora tus salsas para la pasta con este sencillo truco

¿Hay algo más fácil que preparar un buen plato de pasta? En realidad también tiene sus misterios, y si un italiano viera las burradas que por aquí se estilan posiblemente se asustaría cual valenciano al ver cómo se le añade chorizo a la paella.

Pero vamos a dar por hecho que ya nos hemos aprendido las dos primeras lecciones (elegir una buena pasta de calidad y cocerla al dente), y que también sabemos que la pasta después de cocerla no hay que lavarla.

Llegados a este punto, toca pasar al siguiente nivel: las salsas para acompañar esa pasta que hemos cocido perfectamente. La lista es muy larga -recuerda, la carbonara auténtica se hace sin nata- pero la mayoría mejorarán mucho con un sencillo truco que descubrimos al asomarnos a la cocina de Macchina Pasta Bar.

Y es que estos restaurantes especializados en pasta fresca preparan al momento las diferentes salsas que ofrecen en carta y, según nos explicaron y pudimos comprobar, añadr un poco de agua de la cocción a la salsa es una gran idea.

No sólo ayuda a ligar mejor los ingredientes de la salsa haciendo que el tomate o la nata, por ejemplo, queden menos densos, sino que también funciona muy bien para conseguir que la pasta y la salsa se mezclen mejor.

El sitema es muy simple: en una sartén, vamos preparando nuestra salsa favorita (cebolla pochada, tomatitos, orégano, unas anchoas y aceite, por ejemplo) mientras cocemos la pasta en una cazuela. Antes de sacar la pasta, añadimos un poco de agua de la cocción a la sartén, escurrimos la pasta, la incoporamos también a la sartén y le damos un par de meneos para que todo se mezcle.

Y ya lo tenemos listo para comer. Porque, eso sí, recalentar la pasta es delito.