De la mano del buen tiempo en España, llega la temporada de bodas, bautizos y comuniones. Y sí, una de las primeras cosas en las que pensamos cuando nos invitan a una boda es en el vestido que nos vamos a poner. La idea de que las invitadas no pueden ir vestidas de blanco en respeto al color que lleva la novia es algo que nos parece obvio, pero ¿qué pasa con el color rojo?
¿Y si te dijéramos que en algunas culturas llevar el color de la pasión no está bien visto? Una explicación lógica sería la idea de que el rojo es un color muy llamativo y vibrante que podría desviar la atención de los protagonistas: los novios. Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, dos 'wedding planners' Georgie Mitchell y Bethany Smith, en su podcast The Unfiltered Bride, del que se hizo eco diario británico The Mirror revelaron que, tradicionalmente, se considera que si vas como invitada vestida de rojo a una boda "significa que te has acostado con el novio".
Ir vestida de rojo a una boda en España
"El rojo es un color perfecto que se puede utilizar en cualquier estilismo de madrina o invitada o detalles en el novio y en nuestra cultura nada tiene que ver con ese reciente bulo viral que afirma que es el color que significa que una persona ha estado con alguno de los novios. Ahora bien, si de aquí en adelante esta norma se llegara a tomar por buena y se acogiera al protocolo, ya sería diferente. Pero hasta hoy en día no es así", explica Jesús Reyes, periodista experto en moda, asesor de imagen y autor de Leonor: Estilo de una Borbón y Ortiz.
Y es que, como asegura el experto en moda, "el protocolo es un conjunto de reglas sociales que la sociedad va ajustando, según las nuevas conductas. El protocolo cambia y evoluciona. Invita, pero no obliga, ¡ojo!".
Tres características que hacen que no falle un traje de novia
"La primera de estas características, y desde mi experiencia y opinión es la más importante, debe ser un diseño 100% hecho a medida. Tiene que encajar a la perfección en cada silueta", sostiene Reyes.
Por otro lado, el experto insiste en la importancia de ser fieles a nuestro estilo a la hora de elegir el diseño. Hay muchas novedades y tendencias cada temporada, pero Reyes aconseja decantarse por piezas clásicas: "Eso sí, quizás con algún toque más actual, pero en detalles o complementos".
La tercera característica es que sepamos elegir bien el tono del vestido: "Hay un blanco para cada mujer, hay colores que sientan bien y otros que no a cada piel, color de ojos, de pelo... Para ello debemos recurrir a un estudio de colorimetría. Así, cada novia sabrá si su blanco debe ser más frío o cálido. Un detalle que muy pocas clientas conocen y que es la clave para acertar a la hora de la compra final".
Colores prohibidos para ir de invitada a una boda
"Como norma general en nuestra sociedad occidental y para la mayoría de bodas, el único color que no se debe poner una invitada es el blanco; puesto que será el color que lleve la novia y hay que respetar su protagonismo; salvo que en el protocolo se diga lo contrario: que sea una boda de estilo ibicenca", matiza Jesús Reyes.
Boda de mañana vs. boda de tarde
Es muy sencillo: por norma general, de mañana se aplica el 'corte cóctel' o media etiqueta: "Busca vestidos de un largo por la rodilla o un poco más —'little dress'— u otras opciones similares como un favorecedor y elegante mono. Pamela o tocado es lo habitual, aunque hay que revisar los códigos de vestimenta que dicten los novios".
Para las bodas de tarde, lo correcto es un vestido largo, dos piezas blusa-pantalón como alternativa y unas buenas joyas. ¿Algún error común en las invitadas de boda? "La mayoría de invitadas abusa de cada uno de estos puntos. No es un día para ponértelo todo, es un día para ir sencilla, correcta, favorecida y bien", sentencia.
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