Si hay una sensación que puede llegar a incomodarte e incluso obligarte a abandonar una fiesta, es el dolor de pies. Pese a ello, en España somos muy dadas a tópicos como "antes muerta que sencilla" o "para estar guapa, hay que sufrir", entre otras frases hechas vinculadas a la moda.
Y no lo decimos nosotras, lo afirma una encuesta realizada por Llellé (firma española pionera en fabricar y comercializar protectores para los tacones), que confirma el furor de las españolas por los tacones, pero no por cualquiera, sino por el más complicado de llevar.
¿Cuál es el tacón preferido de las españolas?
La encuesta realizada a más de 4.000 mujeres españolas confirma que el tacón fino es el preferido por casi un 90% de las encuestadas, con una altura de entre 1 y 1,5 cm. Este tipo de calzado es, según ellas, la opción perfecta al combinar la elegancia innata de un salón con la seguridad que proporciona no más de 1,5 cm de altura. Casi un 40% afirma que antepone la comodidad a la feminidad del taconazo.
Un dato que se transforma cuando se las pregunta por el calzado que suelen llevar en ocasiones especiales, como una boda o una fiesta de gala. En este caso, un 89% si se sube en salones con un taconazo, que supere la medida de un 'kitten' (2 cm), con lo que eso puede suponer.
¿Qué hacer para no cansarse con los tacones?
Aunque no siempre funcionan a todas, si es cierto que llevando a cabo una serie de consejos podemos decir (casi) adiós al dolor de pies provocado por unos altos tacones. Porque aunque Carrie Bradshaw se pateara Manhattan subida a unos taconazos, día si y día también, nosotras, lo sentimos, pero (de momento) no tenemos ese poder. Así que, lo mejor es que tomes nota de cara a tu próxima compra.
- Una plataforma siempre es una opción. Si no quieres prescindir de taconazo, hazte con un modelo con una suela 'XL'. ¿El motivo? este calzado pretende aliviar parte de la presión corporal sobre el talón y, para ello, la distribuye por toda la planta para una mayor comodidad. Así que, ya lo sabes, si quieres llevar tacones muy altos, es requisito imprescindible que tengan una plataforma acorde a su altura.
- Tacón ancho, siempre. Si, además de la plataforma, le sumas que el tacón sea ancho, la comodidad la elevas al cuadrado. Así consigues que todo tu peso se apoye sobre el pie, no solo sobre el talón.
- Haz descansos. Otro truco para aguantar más con los tacones es realizar, de vez en cuando, descansos y no pretender estar dando saltos toda la boda. Pero, ojo, porque no todo descanso es válido. Te recomendamos que te sientes con las piernas cruzadas y/o estiradas, pero nunca, bajo ningún concepto, te los quites. Si haces esto, tus pies comenzarían a hincharse y, al volvértelos a poner, tus pies arderán.
- Camina erguida, un gesto que disminuye el dolor con zapatos de tacón. Los podólogos recomiendan caminar recta para, así, minimizar el impacto también en las articulaciones. Para ello, es vital que emplees los músculos del core para dar cada paso. Además, aterriza con la parte exterior del talón.
- Coloca tiritas o esparadrapo en tus dedos. Sí, aunque te suene a chino si los colocas para unir el tercer dedo con el cuarto, la presión queda aliviada en la zona de la bola (la sección acolchada que hay justo antes de los dedos). Y es que, justo ahí, hay un nervio que se divide entre estas dos falanges y, al mantenerlos unidos, alivia la presión y, por lo tanto, el dolor.
- Convierte en tus aliados a los parches de piel de topo y a las plantillas. Estos accesorios de pies son los más utilizados por las editoras de moda e 'it girls', ya que se pasan el día subidas a unos altos tacones. Gracias a su uso evitan que aparezcan rozaduras.
- Elige la talla correcta. Suele ser habitual, el empeñarse en usar siempre el mismo número de pie y no siempre tiene por qué ser así. Todo depende de la forma del zapato, y debes tenerlo en cuenta porque puede fastidiarte la boda. El salón no debe estarte grande, ya que no ofrece el apoyo suficiente, por lo que el pie se pasa las horas dando vueltas con cada paso, ni pequeño porque así nuestros pies se quedan apretados y arqueados o, lo que es lo mismo, doloridos.
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