Nada envejece tanto, deteriora y aumenta la posibilidad de sufrir cáncer de piel como el sol

Nuevamente se puede producir un corte de digestión si te pones al sol nada más terminar de ingerir los alimentos. Lo ideal es que dejes pasar un tiempo prudencial para que el organismo avance en el proceso.
Una mujer tomando el sol.
Pixabay/Goodgood
Nuevamente se puede producir un corte de digestión si te pones al sol nada más terminar de ingerir los alimentos. Lo ideal es que dejes pasar un tiempo prudencial para que el organismo avance en el proceso.

Estos días de vacaciones hacen que para muchas personas cambie el medio en el que se mueven. La ecología de su entorno. Los humanos nos movemos en ecosistemas con sus estímulos y sus agresiones. Y tratamos de adaptarnos a ellos en mayor o menor medida. Las vacaciones en el mar son estupendas, pero implican unos cambios considerables acerca de muchas cosas que constituyen normalmente nuestros patrones de vida.

En primer lugar pasamos de estar siempre a cubierto, protegidos por muros y por techos, a una vida que transcurre casi todo el tiempo al aire libre. De pronto el sol, gran dispensador de virtudes, pero también de problemas de salud nos envuelve. Y muchas veces sin que seamos conscientes de ello, porque la radiación ultravioleta, nos afecta no solo cuando estamos en una hamaca a la orilla del mar, sino mientras paseamos, vamos a la compra o hacemos deporte.

La radiación ultravioleta, nos afecta no solo cuando estamos en una hamaca a la orilla del mar, sino mientras paseamos, vamos a la compra o hacemos deporte.

Por eso para disfrutar de las vacaciones, y que para la piel sean también vacaciones y no un castigo, la primera norma es ponernos crema o leche protectora solar al menos dos veces al día. Y si es posible debemos renovar la capa cada dos o tres horas. Siempre hay que recordar que por muy alta que sea la protección, el sudor, el agua, la arena y la propia piel van haciendo que el producto pierda intensidad y por tanto seguridad. Nada envejece tanto, produce tantas arrugas, deteriora tanto y por desgracia aumenta tanto la posibilidad de sufrir cáncer de piel como el sol.

Otro cambio importante en el ecosistema que nos envuelve es el aumento de la humedad. La mayoría de las ciudades del interior de España tienen este verano una humedad relativa propia del desierto del Sahara. La piel, los ojos, la garganta y la nariz, se secan y sufren. Y si a esto añadimos el aire acondicionado, vivimos en un ambiente tan seco que queda al limite de lo soportable.

El proceso de aplicación del fotoprotector debe ser repetitivo cada dos o tres horas.
El proceso de aplicación del fotoprotector debe ser repetitivo cada dos o tres horas.
pexels

La humedad es maravillosa para la epidermis y las mucosas y hacen que trabajen mejor. De hecho algunas enfermedades de la piel como la psoriasis o los eczemas tienden a mejorar con la humedad del mar. Sin embargo otras como los hongos o la simple caspa empeoran. Una de las alteraciones de la piel que puede sufrir una evolución negativa es el acné.

La piel con la humedad y el calor tiende a sobreengrasarse, y los granos tienden a multiplicarse. Los jóvenes adolescentes ingleses, cuando al volver a su país después de las vacaciones en España tienen brotes de acné,  lo llaman 'acné Mallorca'.

No es cierto que el sol mejore la aparición de granitos. Los primeros días al secarse la piel, el acné mejora; pero como la radiación baja las defensas este tiende en seguida a reaparecer. Como recomendación la piel grasa y con tendencia a granitos, tiene que utilizar estos días playeros, cremas calmantes, que impidan que la piel se engrase demasiado y que nuestra defensas sufran. Cremas que llevan raíz de regaliz, Serenoa o Sangre de Dragón que harán que volvamos a casa con una piel estupenda.

Jerónimo Ors, Farmacéutico y Director de Laboratorios Paquita Ors.

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