El verano cada vez está más cerca y nuestras ganas de vacaciones se incrementan casi al mismo nivel que las de ponernos morenas, ¿o no? Este deseo de obtener un bronceado bonito lo antes posible a veces nos lleva a cometer grandísimos errores que pueden poner en peligro la salud de nuestra piel y llevar conductas poco saludables, como pueden ser tomar el sol sin protección o en horarios peligrosos. Sin embargo, sobra decir que la protección solar es algo que hay que tomarse muy en serio.
La piel es el órgano más grande de nuestro organismo y, como tal, debemos cuidarla especialmente, ya que es la capa de protección de nuestro cuerpo y, por esta misma razón, la primera en sufrir el impacto de agentes externos como la contaminación, las bacterias o, por supuesto, los ratos ultravioletas del sol. Hablamos con expertos para conocer las claves para conseguir un bronceado bonito, uniforme y, sobre todo, saludable.
¿Por qué debemos proteger la piel de la exposición solar?
Son muchas las razones por las que debemos tomarnos en serio la protección solar. La primera de ellas, por supuesto, es la prevención del cáncer de piel que, tal y como explica el Dr. Sebastián Podlipnik, dermatólogo en el Hospital Clínic de Barcelona y fundador del blog de dermatología homónimo, "se trata del cáncer más prevalente en España y en gran medida se produce por la exposición de la piel a los ratos solares". Por su parte, otro de los motivos que defiende el experto, es el de retrasar el envejecimiento cutáneo porque, aunque es cierto que hay que aceptar que los años pasan para todos, "el sol va a acelerar ese proceso de una forma muy importante, por ello recomiendo la protección solar de uso diarios", añade.
Las manchas y las arrugas también son marcas que en muchas ocasiones aparecen por el sol y, por su parte, los rayos ultravioleta también influyen en la sequedad, deshidratación y pérdida de luminosidad en la piel.
Trucos para conseguir un bronceado saludable
1. Utilizar protector sola con factor 50 o superior
Felipe Martín Nuñez, farmacéutico titular de la farmacia Galileo61 y especialista en dermocosmética, nos recuerda el consejo básico de evitar tomar el sol desde las 11 hasta las 16 horas, así como el de utilizar un solar de alta protección.
2. Consumir frutas y verduras
La asociación de la ingesta de zanahoria y calabaza con el bronceado se debe a su alto contenido de betacaroteno, tal y como explican desde Naturadika. Esta propiedad ayuda a potenciar el tono dorado de la piel y es un antioxidante que promueve la protección natural de la misma. Sin embargo, según detalla Gema Cabañero, fundadora de la Clínica Antiaging & estética avanzada Gema Cabañero, "además de mejorar el aspecto de la piel, previene el deterioro de las células y colabora en la regeneración celular, consiguiendo proteger a nuestros tejidos de la radiación solar gracias a su capacidad para convertirse en Vitamina A si nuestro organismo lo requiere. Este grupo de pigmentos se convierten así en una ayuda para el sistema inmunológico defendiéndolo también de agentes externos".
En este sentido, en nuestra lista de la compra de los meses de verano no pueden faltar alimentos como las zanahorias, la calabaza, las espinacas o frutas como el albaricoque y melocotón. Aunque también es recomendable utilizar suplementos natural o de nutricosmética que ayuden a acelerar el bronceado de manera saludable.
3. No olvidar la exfoliación
Hay quien cree que para mantener el bronceado hay que renunciar a la exfoliación corporal, pero la realidad es que una exfoliación suave por semana "mejora la apariencia de la piel bronceada y evita que se acumulen restos de células y cosméticos en el poro", según explica Felipe Martín Nuñez. Esta es la manera para que la piel obtenga un bronceado luminoso, ya que de lo contrario tendría un tono opaco y apagado.
4. Aplicar Aloe Vera
Lo natural está más de moda que nunca en cuanto a la cosmética y al cuidado de la piel. Cada verano, un imprescindible en nuestro neceser el el aloe vera, que "reduce el daño del sol en la piel y calma y estimula la regeneración celular". Se puede utilizar directamente extraído de la planta, es decir aplicando sobre la piel el gel interior de la hoja, o comprando gel de aloe vera puro que reduce el enrojecimiento y ayuda a recuperar la piel después de la exposición solar.
5. Elegir un filtro mineral adecuado
Andrea Ortiz, farmacéutica y nutricionista experta en cosmética y dermofarmacia de maan24.es. asegura que "es importante elegir un filtro mineral adecuado para cada tipo de radiación. Los filtros minerales, en general, son unos protectores solares fantásticos que han llegado para quedarse. Reflejan los rayos del sol y evitan que penetren en nuestra piel; pero es verdad que hay algunos que se adaptan mejor que otros a cada tipo de radiación".
En la lista de filtros minerales, la experta destaca el óxido de zinc y el dióxido de titanio. Según explica: "el dióxido de titanio es ideal para combatir los rayos UVB y UVA, porque bloquea la absorción de luz ultravioleta y evita daños a corto y largo plazo. Sin embargo, si queremos protegernos de los infrarrojos, recomiendo el óxido de zinc. Tiene el espectro de protección más alto, refleja la luz a modo pantalla y su acción bloqueadora es mayor que la del dióxido de titanio. Además, se pueden recomendar en todos los tipos de piel, incluso las más reactivas".
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios