Qué hacer si los primeros copos de nieve te sorprenden en la carretera

Un coche circula por la N-344 en el límite entre las provincias de Albacete y Murcia.
Un coche circula por la N-344 en el límite entre las provincias de Albacete y Murcia.
EFE / Marcial Guillén
Un coche circula por la N-344 en el límite entre las provincias de Albacete y Murcia.

Se acerca la llegada oficial del invierno y ya empieza a notarse en el ambiente, más allá del espíritu navideño, la bajada de las temperaturas y el aumento de las precipitaciones, sobre todo en forma de nieve y en algunas zonas de la península. Así que, además de ir ultimando las listas de regalos, también es necesario adecuar nuestra manera de conducir al estado de las carreteras y extremar las precauciones. 

En el caso de que una nevada nos sorprenda en carretera, hay que ser conscientes de que los primeros copos de nieve son como las primeras gotas de lluvia: no provocan sensación de inseguridad pero son igualmente peligrosos. Y es que estos primeros copos humedecen el asfalto y afectan a la adherencia de los neumáticos. Además, las gotas de agua heladas son opacas, con lo que se tiene una menor visibilidad y una mayor reflexión de la luz. Si, encima, se acumulan en el parabrisas, pueden impedir totalmente la visión.

La Dirección General de Tráfico ha establecido diferentes niveles de dificultad y peligrosidad en caso de que nieve y los que se refieren a los primeros momentos suelen ser el verde y el amarillo, con lo que sí se puede circular. Con los primeros copos, lo principal es reducir la velocidad y no exceder los 100 kilómetros por hora en autovía ni los 80 en carretera convencional. En el caso de la nieve se acumule y se pase a la alerta amarilla, la velocidad debe bajar hasta los 60 kilómetros por hora y hay que evitar las maniobras bruscas. 

Los consejos que ofrecen desde la web de formación vial Tesvial para salir airoso en el caso de que empiece a nevar en carretera son:

  • Llevar a cabo una conducción muy suave, sin movimientos bruscos de dirección ni cambios repentinos en la palanca de relación de marchas.
  • Frenar con suavidad. Comprobar la eficacia de los frenos con frecuencia.
  • Mantener los neumáticos en buen estado (presión y dibujo).
  • Mantener los frenos en buen estado (reglados y equilibrados).
  • Limpiar de vez en cuando la nieve acumulada en los guardabarros ya que puede afectar a la dirección del vehículo y por tanto al control de la trayectoria.
  • Especial precaución en las curvas: lo mejor es entrar en el trazado sin que haya que frenar.
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