Cómo evitar deslumbramientos al volante por culpa del sol

Gafas de sol para conducir
Las gafas de sol son un complemento perfecto para conducir en verano.
PIXABAY
Gafas de sol para conducir

Ya están aquí las cálidas temperaturas de la primavera, estación que trae (además de alergias) días mucho más soleados y más horas de luz en cada jornada. Y no es por quejarse, ya que después del frío y las lluvias estas temperaturas más suaves son de agradecer, pero no está de más ser consciente de los peligros que puede conllevar el sol cuando estamos al volante. 

Los rayos del sol pueden afectar negativamente a la visibilidad de los conductores ya que, tanto si los llevamos de frente como si el sol está a nuestra espalda, pueden reflejar y deslumbrar a quien vaya al volante, impidiendo incluso que vea bien durante algunos segundos. 

Las situaciones en las que es más habitual sufrir deslumbramientos a causa del sol son:

  • Túneles. Al salir del túnel puede producirse un momento de nula visibilidad por el contraste lumínico. 
  • Reflejos. En fachadas de edificios o en las lunas de otros vehículos el sol también puede provocar una ceguera súbita e inesperada. 
  • Por la espalda. Los retrovisores también pueden deslumbrar cuando reflejan la luz que llega desde atrás, ya sea del sol o de otros vehículos con los faros mal regulados.

Para evitar que la luz del sol nos ciegue mientras conducimos, la Dirección General de Tráfico ofrece los siguientes consejos, que se deberán aplicar antes y durante la conducción:

  • Gafas de sol. El uso de gafas de sol polarizadas y con cristales de color azulado es recomendable cuando se conduce con el sol de cara, ya que contribuyen a evitar deslumbramientos. Es conveniente dejar de usarlas en cuanto el sol ya no sea un problema, ya que dificultarán la visión.
  • Parasoles. Las viseras parasol de los coches son para momentos puntuales de gran deslumbramiento. También pueden colocarse sobre la ventanilla de la puerta para evitar los deslumbramientos laterales. 
  • Paradas de seguridad. La exposición prolongada a esas condiciones aumenta la fatiga visual. El efecto del deslumbramiento se agrava con la edad, con algunas enfermedades y con el alcohol y ciertas drogas y medicamentos.
  • Cristales limpios. Cuando se circula a contraluz, las manchas y la suciedad producen un efecto difusor que multiplica el deslumbramiento. Además la suciedad reduce notablemente el campo visual y la visibilidad para el conductor.
  • Ojo con la velocidad. El exceso de velocidad añadido a la visibilidad reducida forman una combinación que pueden causar accidentes de tráfico.
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