Ponemos a prueba el Opel Grandland Hybrid 4, un SUV elegante y con mucho poderío

  • Este modelo híbrido con tracción total y etiqueta Cero ofrece unos más que respetables 300 caballos, pero el precio de partida se eleva hasta los 48.700 euros.
Opel Grandland 22.
Este SUV de tamaño medio es una de las grandes bazas de Opel en un mercado muy competido.
D.P.
Opel Grandland 22.

El Opel Grandland es un elegante SUV alemán de casi 4,5 metros de longitud que se actualizó profundamente el verano pasado, y ello le permite hoy competir con solidez en el ultrademandado segmento compacto.

Entre los cambios acometidos destaca el nuevo frontal con diseño “Vizor” que Opel introdujo con el Mokka y que ya es la seña de identidad de los últimos productos de la marca.

Se trata de una parrilla diferente, prácticamente cerrada, y junto con los faros LED en forma de “L” tumbada trazan una línea de lado a lado que enfatiza la anchura y robustez del conjunto. A pesar de que es un coche alto, el perfil es suave y termina en una poderosa trasera en la que destacan los modernos faros y el portón con la firma “Grandland” destacando en la parte central.

Opel Grandland 22.
El interior tiene una calidad elevada en términos de diseño y acabados.
OPEL

La elegancia exterior se traslada también al interior, que en este acabado tope de gama Ultimate es exquisito en cuanto a calidad y diseño, con un ambiente oscuro que se “rompe” con la presencia de perfiles decorativos metálicos y otros en negro brillante.

El puesto de conducción es muy cómodo, como también los asientos AGR por los que Opel apuesta para la mejor ergonomía y salud postural de la espalda. También destaca, cómo no, la doble pantalla digital del Pure Panel, que en esta versión se apoya en las de mayor tamaño: 10 pulgadas para la del cuadro digital configurable y 12 para la central y táctil del sistema multimedia.

Opel Grandland 22.
Esta placa acredita que estamos ante la versión híbrida de tracción total y también la más potente.
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Como SUV que se precie, la posición al volante es elevada, y la información que se proyecta en el Pure Panel está muy a la vista, sin grandes efectos que distraigan de su cometido. El cuadro se maneja fácilmente desde el volante, y la interfaz táctil es simple e intuitiva, con unos útiles botones de acceso directo debajo. También el sistema de climatización tiene botones físicos, lo que se agradece.

Otro aspecto reseñable del Grandland es el espacio disponible en todas las plazas, y eso que no es de los más largos del segmento, mientras que la capacidad del maletero se ve penalizada por la existencia del sistema híbrido, aunque mantiene un práctico compartimento bajo el piso para guardar los cables de carga.

Opel Grandland 22.
El cambio es automático con ocho velocidades.
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Alta potencia híbrida

El Opel Grandland se ofrece con mecánicas híbridas en dos niveles de potencia, 225 y 300 caballos, y esta última es la que hemos tenido ocasión de testar.

El sistema se compone de un potente motor gasolina de 1,6 litros turboalimentado con 200 caballos. Este se asocia no solo con uno, sino con dos propulsores eléctricos de algo más de 80 kW, lo que da como resultado los mencionados 300 caballos y además un eficaz sistema de tracción integral e-AWD, pues cada motor está ubicado y empuja desde cada eje.

La batería asociada al Grandland es de 13,2 kWh de capacidad, y eso permite que este Opel alcance 60 km de autonomía media en modo eléctrico, cifra que puede ser mayor si solo se circula en entornos urbanos.

Opel Grandland 22.
Este es el selector de los modos de funcionamiento del coche, que son Electric, Hybrid, Sport y 4x4.
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¿Qué cabe esperar de un SUV híbrido enchufable tan potente? Desde luego, muchas cosas, y todas buenas, porque es un coche magnífico.

Por defecto, mientras la batería tiene carga, el Grandland funciona en modo híbrido y dando prioridad al movimiento eléctrico. Así, la conducción en ciudad es silenciosa, suave y con niveles cero en cuanto emisiones. Ya en carretera, la sensación se mantiene –alcanza hasta 135 km/h con el motor eléctrico funcionando–, y solo ante altas demandas de potencia, o con el selector en modo Sport, entra en juego el motor de combustión.

Con todos los motores en activo las prestaciones son impresionantes, con una capacidad de aceleración intensa que ya quisieran para sí algunos modelos de deportivo abolengo, pues pasa de 0 a 100 km/h en solo 6,1 segundos y responde y recupera de una manera vertiginosa, a lo que se suma un comportamiento muy equilibrado a pesar del peso y volumen del coche, al menos en una conducción normal.

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La original parrilla "Vizor" es uno de los últimos cambios estéticos del Grandland y proporciona una mayor sensación de anchura.
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También hay un modo 4x4 en los perfiles de conducción, el gran valor añadido de este Grandland Hybrid 4 de tracción total, ideal si la situación del asfalto es delicada o si salimos a algún camino y el trazado está resbaladizo.

Consumo y recarga

Para el uso diario de un híbrido enchufable, lo lógico y recomendable es tener en casa un punto de recarga instalado, preferiblemente de 7,4 kW. Enchufado a esa potencia, el Opel Grandland tarda menos de dos horas en recuperar la energía de la batería, y eso hace que, en la práctica, día a día, podamos disponer casi de un modelo eléctrico.

Opel Grandland 22.
Al ser una versión híbrida, el maletero se queda en 390 litros de capacidad, pero aun así bajo el piso hay un práctico hueco para alojar los cables de carga.
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Pero para esas ocasiones en las que toca hacer kilómetros o viajar, y la batería obviamente se agota, el principal recurso de este Grandland es la posición “B” del cambio y la función e-Save, pudiendo así regenerar más energía eléctrica mediante deceleraciones y frenadas. Como hemos comprobado, basta poco más de media hora para recuperar unos 14 kilómetros de autonomía eléctrica.

Esta función también puede “pausar” el uso de la energía eléctrica para utilizarla cuando sea más necesaria y eficiente, por ejemplo si nos dirigimos a un gran núcleo urbano. En ese contexto, en el que el propulsor térmico actúa en solitario como impulsor y generador, el consumo medio tampoco es disparatado para un SUV de estas características, con unos valores que se mueven en torno a los 7 litros a los 100 km.

Opel Grandland 22.
Aunque es un coche alto, la línea lateral es suave y cae hacia la parte trasera. Las llantas de serie son de 18 pulgadas en este acabado Ultimate.
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Toda esta tecnología, como es lógico, tiene un precio y no es precisamente bajo. Si bien existe una versión con sistema híbrido de 225 caballos y tracción delantera desde unos más abordables 42.200 euros, este Grandland de tracción total y 300 CV parte de los 48.700 euros sin descuentos ni ayudas, 51.500 en el caso del ultraequipado acabado Ultimate que hemos probado.

Es un precio en clave premium, y el equipamiento de serie responde con elementos de nivel como las llantas de aleación de 18 pulgadas, faros matriciales y adaptativos Intelli-Lux con 168 LED, acceso y arranque sin llave, Pure Panel con pantallas panorámicas y navegador, cargador inalámbrico de móvil, control de velocidad y carril, detector de señales de tráfico, alerta de vehículos en ángulo muerto, asistente de aparcamiento automático y cámara trasera, entre otros.

FICHA TÉCNICA

Motor: gasolina, híbrido enchufable.

Potencia (kW/CV): 221/300.

Cambio: automático, de 8 velocidades.

Largo (mm): 4.477.

Ancho (mm): 1.856.

Alto (mm): 1.609.

Maletero (litros): 390.

Velocidad máxima (km/h): 235.

De 0 a 100 km/h (seg.): 6,1.

Consumo medio (l/100 km): 1,2.

Emisiones CO2 (gr/km): 29.

Precio (euros): desde 48.700 euros.

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