El Opel Grandland comienza una nueva etapa con la mejor cara

  • La renovada identidad visual de la marca alemana llega a su exitoso SUV compacto.
  • Mantiene plataforma y motores, pero mejora también en equipamiento y gana en digitalización.
Opel Grandland.
Los cambios estéticos son sustanciales, sobre todo para alinearse con el nuevo lenguaje de diseño de Opel.
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Opel Grandland.

Tras el Mokka y el Crossland, los dos SUV de Opel dentro del segmento B, el pasado mes de julio le llegó el turno de renovación al Grandland, un modelo más grande, de 4,4 metros de longitud, que ahora empieza una nueva andadura comercial en los concesionarios después de casi un millar de pedidos de reserva. En esta etapa, su denominación “pierde” la X que figuraba junto a Grandland cuando se lanzó en 2017.

Si bien es un modelo que conserva la base estructural y las motorizaciones con respecto a su predecesor, el cambio acometido es bastante profundo por dentro y por fuera, primero para integrarse en la nueva línea de diseño de Opel, y segundo para adaptarse a las nuevas tendencias tecnológicas y de digitalización que marca el mercado.

Así, lo primero que llama la atención es el frontal “Vizor”, que como en el Mokka y Astra se caracteriza por una ancha barra de color negro, con el logotipo en el centro, que termina con las nuevas ópticas LED en forma de “L” tumbada y con 84 diodos por faro.

Así luce el nuevo SUV de tamaño medio de Opel.

Además, la posición de la parrilla es más elevada que antes, los paragolpes disponen de entradas de aire verticales más grandes y la parte inferior tiene molduras más vistosas.

Visto de perfil, los cambios no son tan sustanciales más allá de nuevas llantas, cuyo tamaño va de 17 a 19 pulgadas, mientras que el cambio más significativo por detrás es el nombre del modelo inscrito y muy visible en el centro del portón.

Opel Grandland.
La doble pantalla digital Pure Panel toma protagonismo en un interior con acabados de alta calidad.
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Por dentro, como hemos apuntado, la digitalización gana terreno gracias al Pure Panel, dos pantallas dispuestas en serie que hacen las veces de cuadro de instrumentos y sistema multimedia. El tamaño mínimo de ambas es de 7 pulgadas, pero las versiones más equipadas cuentan con un cuadro de 10” y una pantalla central de 12. Acompañando a estos elementos, unos acabados de buen diseño y calidad, y unos asientos ergonómicamente diseñados y ajustables para que el cuerpo, y sobre todo la espalda, sufra lo menos posible.

Versiones térmicas e híbridas

La oferta mecánica del Crossland de 2021 contempla motores térmicos e híbridos. Entre los primeros, un tres cilindros gasolina de 1,2 litros y 130 caballos que se puede asociar a un cambio manual de seis marchas o uno automático de ocho relaciones, y un diésel de cuatro cilindros, 1,5 litros y también 130 CV, en este caso exclusivamente con transmisión automática. Ambos motores destacan por su bajo consumo y emisiones, tónica habitual en los propulsores de combustión Opel.

Opel Grandland.
El logotipo y el nombre del modelo toman todo el protagonismo en el portón.
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Por encima, sobre todo en potencia, hay dos versiones híbridas enchufables de gasolina, que gracias a una reducción del peso del coche y otros ajustes elevan la autonomía eléctrica hasta los 65 kilómetros, una cifra realmente interesante. En este caso hay una versión de 225 CV con tracción simple y otra de 300 CV con doble motor eléctrico y tracción total, ambas catalogadas con la etiqueta Cero de la DGT.

Estas versiones van equipadas con una batería de iones de litio de 13,2 kWh que puede recuperar la energía en tan solo 2 horas si se conecta a un poste de 7,4 kW, mientras que en un enchufe convencional doméstico la carga se eleva hasta las 8 horas, un lapso que igualmente permite tener listo el coche para una conducción eléctrica a diario.

Opel Grandland.
Detalle de la toma de conexión para la recarga eléctrica.
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En una breve toma de contacto con la variante gasolina y con la híbrida de 225 CV en las proximidades de Madrid, podemos constatar que los nuevos Grandland tienen un comportamiento muy equilibrado en el que prima el confort. La variante gasolina, con un menor peso, muestra mayor agilidad en carreteras viradas, pero por contra la variante híbrida hace gala de ese mayor poder de aceleración y prestaciones que le confiere su más potente sistema híbrido. Además, esta variante cuenta con tres modos de conducción, Eléctrico, Híbrido y Sport (al que se añade el AWD en el caso de la versión con tracción total) para adecuar el sistema híbrido a cada situación.

El nuevo Opel Grandland se estructura en torno a tres acabados, Business Edition, GS Line y Ultimate, y tiene un precio de partida, con descuentos, de 23.600 euros las versiones térmicas y 34.600 las híbridas. El equipamiento está a la última y de él destacan elementos importantes como el sistema de iluminación Intellilux matricial adaptativa (nuevo en la gama de este SUV), el sistema opcional Night Vision con infrarrojos para detectar personas o animales de noche a distancias de hasta 100 metros, el asistente de posición en carretera con control de crucero adaptativo o el asistente de aparcamiento automático con cámara delantera y trasera.

Opel Grandland.
La parte trasera es sencilla, compacta y elegante.
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