Ay, los huevos fritos... algo tan sencillo y a la vez tan delicioso. Da igual cuántos años tengas o cuántos ceros haya en tu nómina, porque en el momento que tenemos delante unos buenos huevos fritos con patatas, todos somos iguales.
Estamos de acuerdo en que se trata de una receta tan sencilla que es de las primeras que aprendemos a elaborar y que incluso utilizamos para ridiculizar a aquellos que no se desenvuelven bien en la cocina con aquello de "no sabe hacer ni un huevo frito".
Hay veces en las que cuanto más sencillo más difícil es cogerle el punto perfecto, y algo así ocurre con el huevo frito. Que si el punto de la yema, que si con puntilla o sin puntilla, que si ha quedado bonito o no... Como todo maestrillo tiene su librillo, José Andrés nos enseña a través de su canal de YouTube su secreto para conseguir un huevo perfecto.
En la cáscara está la clave
Una de las peores cosas que te puede ocurrir -si no la peor- cuando estás cocinando un huevo frito es que, al echarlo a la sartén la yema se te rompa y termines teniendo más un revuelto de huevo pasado por aceite que un huevo frito, por lo que, como bien explica el chef asturiano, elegir cómo cascar el huevo es fundamental.
Por ello, y además de para evitar que si la cáscara del huevo está contaminado con salmonela pase al interior, es importante no romper nunca la cáscara sobre el mismo recipiente donde lo vamos a cocinar, y no hacerlo sobre un borde o una superficie puntiaguda, sino sobre un espacio plano, como puede ser una mesa o incluso una tabla de cortar.
De esta sencilla manera nos aseguramos de que la yema no se ha roto y de que el huevo se ha contaminado. Y una vez puesto a prueba este truco, tienes todo encaminado para que te salga el huevo frito perfecto.
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