La gastronomía asiática ha llegado para quedarse. Japonesa, vietnamita, coreana, china, tailandesa... los sabores y matices de estas gastronomías nos han conquistado el paladar, tanto así que intentamos imitar sus recetas en casa.
Uno de los platos asiáticos más populares son las gyozas, estas pequeñas bolsitas rellenas con diferentes ingredientes típicas de China, Japón y Corea que no podemos resistirnos a pedir cada vez que disfrutamos de la gastronomía de este continente.
Si eres un auténtico cocinillas seguro que ya has probado a prepararlas en casa de la manera más artesana, empezando por la masa y terminando por el relleno, aunque si eres más cómodo es probable que hayas tirado de las típicas gyozas congeladas. Te contamos cómo conseguir su mejor versión.
Gyozas: por abajo crujientes, por arriba jugosas
No es el mismo trabajo que ponerte a elaborarlas artesanalmente, pero para conseguir el mejor resultado con tus gyozas, lo ideal es seguir una serie de pasos para conseguir que den el pego.
En una sartén ponemos un chorrito de aceite y echamos las gyozas directamente congeladas y las sofreímos un par de minutos. Echamos un buen chorro de agua y las tapamos para que se cuezan bien y conseguir así el resultado que buscamos.
Mientras se evapora todo el agua que hemos echado a la sartén, picamos un poco de cebollino o puerro para darle un toque más profesional. Una vez las gyozas están listas, añadimos unas semillas de sésamo y el puerro o el cebollino picado.
De esta manera conseguimos un resultado crujiente por abajo pero muy jugoso por arriba, la manera perfecta de cocinar las gyozas congeladas.
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