"Se dice de mí que soy fiera, que camino a lo malevo, que soy chueca y que me muevo con un aire compadrón", cantaba porteña Tita Merello, aunque a 10.000 kilómetros también se dicen muchas cosas -todas buenas- de la artista argentina y de las tiendas de productos patrios que llevan su nombre.
Hace apenas dos años, Marcelo Settimo y Ana Antolini decidieron abandonar junto con su familia su Rosario (Argentina) natal para instalarse en Madrid y hacer realidad el sueño que llevaban tiempo maquinando, donde esta artista argentina, que es todo un emblema de su país, ha jugado una parte muy importante en la parte inspiracional.
Desde que en marzo de 2021 abriesen las puertas de la primera Tita de Buenos Aires en el barrio de Retiro, sus productos argentinos no han parado de conquistar paladares y corazones tanto de locales como de aquellos compatriotas a quienes los productos de Ana y Marcelo les despiertan una sabrosa melancolía.
"Decidimos hacer un humilde homenaje a un personaje icónico de nuestra tierra. Artista, Cantante y por sobre todas las cosas una mujer auténtica, brava, valiente y única. Atributos con los que nos sentimos identificados", comentan desde el local sobre 'La morocha de argentina' que ha dado nombre a su marca.
De los alfajores a las empanadas
Con La Tita de Buenos Aires, el matrimonio formado por Ana y Marcelo ha buscado traerse consigo de Argentina una de las cosas que más echamos de menos cuando abandonamos nuestro hogar: la comida.
Aunque también cuentan con una parrilla argentina en Barajas, este concepto de comida lista para llevar y consumir en cualquier parte se ha convertido en todo un éxito, donde por supuesto no podían faltar las míticas empanadas argentinas, un producto que, según cuentan desde la marca, tienen una acogida espectacular.
Aunque los alfajores o los sándwiches triples de miga son una de sus señas de identidad, las empanadas argentinas son el auténtico reclamo de esta pequeña tienda que abrió en Retiro hace poco más de dos años y que actualmente cuenta con 7 locales en Madrid y uno en Fuengirola.
Los secretos de la auténtica empanada
No, no hablamos de la empanada de forma redondeada, con un agujero en el medio típica de Galicia que podemos encontrar en cualquier punto del país, sino de las auténticas empanadas argentinas con su peculiar forma de 'empanadilla' donde, tanto la masa como el relleno son muy diferentes.
Aunque en Tita de Buenos Aires nos ofrecen nada menos que 15 variedades de relleno diferentes con opciones para todo tipo de gustos, lo cierto es que, las de carne -ya sea la clásica, la picante o la mechada-, son las auténticas estrellas del lugar.
Una vez tenemos preparado el relleno -que aquí sí, para gustos los colores-, solamente necesitamos, lo que en España llamaríamos obleas, pero que en Argentina se conocen como 'tapas de masa'. "Se elaboran con harina, agua y un poco de mantequilla", asegura Ana sobre esta masa tan típica de Argentina.
Cuando la tapa de masa lista y el relleno a punto, el secreto está en controlar las cantidades. Para que no se quede ni justa de relleno ni se nos complique el cerrarlas, según explica Ana -que elabora nada menos que 35.000 empanadas al mes-, 200 gramos es la medida perfecta.
Antes de hacer el repulgue, es decir, de darle a los bordes esa forma tan característica que tienen las empanadas argentinas, debemos asegurarnos de sellar bien los bordes, presionando con los dedos, para que no se abran al hornear.
Cuando tenemos los bordes sellados, debemos sacar el aire para que no estallen en el horno. Para ello, simplemente ponemos la empanada entre las palmas de nuestras manos y apretamos con suavidad. Ahora sí, una vez cumplidos estos pasos y con mucha maña, hacemos repulgue haciendo los pliegues en los bordes.
Aunque las empanadas de Tita pasan por un proceso de abatimiento para congelar las empanadas en tiempo récord y así asegurarse de que van a llegar intactas del obrador a las tiendas, si estuviésemos preparándolas en casa el siguiente paso sería pintar la empanada con huevo para conseguir ese color doradito que ya nos pone a salivar.
¿El siguiente paso? El horno, para conseguir un resultado más ligero que si las hiciésemos fritas en aceite. Para ello, debemos precalentarlo a 200ºC y cuando vayamos a meter las empanadas bajar un poco la intensidad. Dejamos cocinar hasta que consigan ese color tan característico de las empanadas argentinas y... ¡a la mesa!
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