Tamara Falcó: la Marquesa, disponible en Netflix, es el nuevo reality de Komodo Studios, los creadores de Soy Georgina. En él, se trata de plasmar la vida de una de las figuras más conocidas y de moda en el panorama nacional. Entre todos los temas que se tratan en esta docuserie, hay uno que destaca sobre el resto: el nuevo proyecto culinario de Tamara.
La cocina es un tema en el que ella ya es experta. Además de haber conseguido el primer puesto en el programa de RTVE MasterChef Celebrity y haber presentado Cocina al punto con Peña y Tamara, la marquesa consiguió su título como chef de cocina hace un año, tras terminar sus estudios de cocina en Le Cordon Bleu.
El proyecto de Tamara consiste en un restaurante efímero, ubicado en el palacio El Rincón, heredado de su padre, Carlos Falcó. La creación del menú y decoración que conformarían esta experiencia es uno de los ejes temáticos del documental.
Este nuevo espacio gastronómico efímero se inaugurará el próximo mes de septiembre en el palacio, aunque en la propia docuserie vemos las pruebas que ya se han realizado. Para llevar a cabo este proyecto, la marquesa ha tenido el apoyo de varios de sus íntimos, como su pareja el empresario Íñigo Onieva, y personajes de la alta cocina como Martín Berasategui. Junto a ellos ha creado un menú en tiempo récord para su restaurante pop-up.
La búsqueda del postre perfecto
En la experiencia gastronómica que Tamara Falcó organizaba, el postre pretendía ser la guinda del pastel. Sin embargo, fue el plato que más problemas causó al equipo.
Investigando en los documentos de sus antepasados, la marquesa encontró el menú de la boda de su tía Paloma con su tío Pepito, celebrada en 1930. En este archivo encontró un postre con un nombre que llamó su atención: fraise melba. Pero en estos documentos no aparecía la receta, por lo que Tamara decidió investigar.
Al suponer que el postre tendría un origen francés, la marquesa viajó a París, buscando algún chef que conociera la receta de este misterioso plato. En la propia docuserie aparece esta investigación, que resultó no ser de gran ayuda: en París nadie conocía el fraise melba.
Solo quedaba una solución, inventar su propia versión inspirándose en un plato que sí conocía, el peach melba. A partir de los ingredientes básicos de este postre, la marquesa creó una variable actualizada de este dulce de hace casi un siglo.
El 'fraise melba' de Tamara Falcó
Aunque no conocemos con detalle la receta final del plato que finalmente se sirvió en El Rincón, sí hemos podido ver parte del proceso creativo que ocurrió entre bambalinas.
Durante las pruebas, Tamara Falcó, junto a su colega Luís, se inspiraron en las cientos de versiones que existen de postres como este. La marquesa quiso utilizar ingredientes como las frambuesas nitrogenadas, la crema Chantilly o fresones de Aranjuez. También un crocante de pistacho y un 'coolie de frambuesa' participan en la creación de esta receta, que más adelante se fue perfeccionando.
A pesar de no conocer con exactitud la receta del fraise melba original, ni saber cuál fue la decisión final de la marquesa, sí hemos podido crear unas instrucciones aproximadas de este antiguo postre francés.
Fraise melba
Ingredientes
1/2 litro de helado de vainilla
Crema batida Chantilly
Puré de frutos rojos, sirope o coolie de frambuesa
1 bandeja de fresas
1 bandeja de frambuesas
Frutos rojos decorativos
Elaboración
Para hacer esta receta de Fraise Melba, comenzamos preparando todos los ingredientes. Pelamos y lavamos las fresas en un bol. Reservamos unas cuantas fresas enteras para decorar.
Colocamos una o dos bolas de helado de vainilla en una copa de helado.
Agregamos las fresas picadas y las frambuesas.
Cubrimos las fresas con un puré de frutos rojos, sirope sabor fresa o mermelada de grosella.
Terminamos con un poco de crema batida ligeramente endulzada.
Espolvoreamos el helado con algunos frutos rojos o trozos de fresa.
El truco de Tamara Falcó
Para adaptar este postre a su estilo, Falcó ha hecho algunas innovaciones en la receta. Para darle un toque crujiente, ha añadido en la parte baja de la copa shortbread, un tipo de galleta tradicional, típica de Escocia, y también unas pocas nueces pecanas caramelizadas. Spoiler: el postre triunfó entre sus invitados, incluso maravilló a su madre, su crítica más sincera.
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