Potaje "de desarme", una receta con mucha historia que se elabora en Oviedo todos los 19 de octubre

Potaje.
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Potaje.
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Sin duda pasar por Asturias es deleitarse con su gastronomía a base de platos de cuchara que tanto nos gusta disfrutar en esta época del año, y aunque la fabada asturiana es si receta bandera, existe un recetario popular de lo más sabroso e interesante. 

Cualquier día es bueno para celebrar, y más alrededor de un plato de comida, pero el 19 de octubre es una fiesta señalada para los restaurantes y las casas de comidas de la capital asturiana, ya que se celebra la fiesta del Desarme con un menú de lo más especial. Compuesto por callos guisados, arroz con leche y potaje de bacalao y espinacas, esta fiesta gastronómica basa su origen en diferentes acontecimientos históricos. 

Según declara el filólogo Eduardo Méndez Riestra en el libro 'Entre Pucheros' de Pepe Barrena, la fiesta del Desarme se recuperó en los años 40 del siglo pasado cuando, aún prohibido el carnaval, el régimen consideró necesario motivar a la ciudadanía con alguna fiesta profana. 

Según se explica en 'Entre Pucheros', "las autoridades revistieron la fiesta de un barniz patriótico, haciendo creer que aquella fiesta iba contra los franceses y que se celebraba el desarme de las tropas invasoras de Napoleón tras 1808. Una fantasía sin fundamento que pretendía hacer creer que aquel menú de garbanzos con bacalao y espinacas seguido de callos a la asturiana celebraba algo así como el levantamiento castizo de los buenos españoles contra el invasor". 

El origen en una guerra carlista

A pesar de que circulan varias teorías sobre el origen de este plato, una de ellas reafirma aquellos del "desarme". Según cuenta esta historia, "durante una de las guerras carlistas surgió la propuesta de celebrar una comida de confraternización entre las tropas contendientes, en la zona de Llanera, con el fin de iniciar un periodo de reconciliación futura. Lo que se pensó como idea bien intencionada no fue más que una hábil argucia para desarmar, durante la comida, a los contrarios", asegura Pepe Barrena en este libro. 

Potaje 'de desarme'

Ingredientes

½ kg de bacalao desalado

½ kg de garbanzos

½ cebolla

1 diente de ajo

Harina

2 manojos de espinacas

1 al de aceite de oliva

1 cucharada sopera de perejil picado

Para el sofrito: 50 g de salsa de tomate, un chorro de vino blanco, ½ cebolla, 1 cucharadita de pimentón y sal

Elaboración 

A La víspera, poner en remojo los garbanzos en agua templada y sal.

Verter abundante agua en una cazuela y llevarla a ebullición.

En cuanto rompa a hervir, añadir los garbanzos, que deben quedar cubiertos de agua al ras.

Espumar de vez en cuando y, a mitad de cocción más o menos, agregar un chorrito de aceite de oliva y la media cebolla pelada.

Escaldar las espinacas en una cazuela con agua hirviendo, escurrirlas y cortarlas finas. Reservar.

Cuando los garbanzos estén tiernos pero enteros, añadir las espinacas junto con la mitad del bacalao desalado. Dejar cocer a fuego lento el tiempo justo para que el bacalao quede jugoso.

En una sartén con un poco de aceite, rehogar la cebolla pelada y picada fina junto con el ajo también picadito hasta que empiecen a tomar color; añadir la salsa de tomate, el pimentón y el vino blanco, y dar punto de sal. Verter este sofrito en la cazuela con los garbanzos y remover bien.

Por último, freír ligeramente el bacalao restante después de pasarlo por harina (este paso es opcional).

En un plato sopero, servir el potaje y añadir el bacalao frito, espolvoreando todo con perejil picado. Actualmente, el bacalao es norma ponerlo en lascas sobre el potaje.

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