Qué comer este verano en Cantabria: de las rabas a la quesada, estos son los platos típicos que tienes que probar

Sus pueblos con encanto, su clima, sus paisajes y su gastronomía hace de Cantabria uno de los destinos más deseados durante los meses de verano. Y no hay vacaciones sin buena gastronomía. 
Rabas.
Rabas.
Moha El-Jaw / iStock
Rabas.

Las temperaturas del verano nos tienen sofocados por el calor, por lo que sin duda uno de los sueños húmedos de las vacaciones es escapar a un lugar de esos donde, además de disfrutar de la naturaleza, el paisaje, la playa y la gastronomía, puedes pasear de noche con una sudadera y dormir arropado, como por ejemplo en Cantabria. Gloria bendita. 

Además de por el clima, y por la ubicación, la gastronomía del lugar también es uno de esos factores determinantes a la hora de elegir destino vacacional, ya que si de disfrutar se trata, no podemos entender este concepto sin el buen producto. 

No solo de sobaos pasiegos vive la cocina de la tierruca. Cantabria es infinita como también lo es su gastronomía. A pesar de que sus dulces han traspasado las fronteras provinciales para conquistar todo el territorio nacional -y muy probablemente el estómago de algún que otro extranjero-, existen muchos otros platos típicos que no puedes dejar de comer si viajas a Cantabria.

Que si las corbatas de Unquera, que si los sobaos pasiegos, que si la quesada... En Cantabria existen muchas y muy deliciosas opciones de postre -confesamos que siempre nos traemos algunos de estos souvenirs gastro en la maleta-, pero más allá de estos dulces capaces de conquistar los paladares más exquisitos y de las míticas, saladas y deliciosas anchoas de Santoña, existen otros platos bandera en el territorio. 

Las rabas, las reinas de Cantabria

O te has tomado una ración de rabas en el faro de Santander o sino no has pasado por la capital cántabra (aunque mira, es una buena excusa para volver). Y ojo que hay rabas y rabas, pero las que son frescas, directas del Cantábrico, rebozadas y cocinadas con maestría, marcan la diferencia. 

Plato de rabas.
Plato de rabas.
MarioGutiiStockphoto

En Cantabria saben y muy bien diferenciar sus rabas de de las típicas rabas congeladas de batalla. Y cómo acompañarlas también, que el maridaje juega un papel fundamental. 

Sorropotún, el 'marmitako' cántabro

Se trata de la versión cántabra del marmitako vasco. La marmita de bonito es un plato típico de algunos pueblo marineros de Cantabria, tanto que Laredo, Santoña y Castro Urdiales celebran El Día de la Marmita. 

Sorropotún.
Sorropotún.
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El sorropotún es un guiso preparado a base de cebolla, pimientos, patatas y bonito. Uno de esos platos de cuchara norteños con los que reponer fuerzas para tres días. 

Cocido montañés, EL PLATO de cuchara

Para los días lluviosos (que te van a tocar), un buen cocido montañés que levanta a un muerto. Este cocido es uno de los platos más emblemáticos de Cantabria siendo el plato más típico de la zona del Valle de Cabuérniga.

Cocido montañés.
Cocido montañés.
chekyfoto / iStock

Para preparar el cocido montañés se utilizan alubias blancas, costilla adobada, morcilla, chorizo, tocino, y berza. Un buen chute de energía para entrar en calor si es preciso. 

Cocido lebaniego, la otra opción

He aquí el primo hermano del plato anterior. Aunque los dos son platos estrella de Cantabria y comparten nombre, en los matices encontrarás la diferencia. 

Cocido lebaniego.
Cocido lebaniego.
LUNAMARINA / iStock

En este caso, en lugar de alubias, el cocido lebaniego se prepara con garbanzos de Potes, patata, tocino, cecina y chorizo. 

Almejas a la marinera, cantábrico a bocados

Estamos en Cantabria, por lo que el buen pescado y el buen marisco no puede faltar a la mesa. Y si las rabas son esa representación marina para tomar en el día a día, las almejas a la marinera lo son para esos momentos en los que regodearte en la calidad del producto de la tierra. 

Almejas a la marinera.
Almejas a la marinera.
arousa/iStockphoto

Se trata de una receta de lo más sencilla y deliciosa donde, con unas almejas, cebolla, ajo, un poco de vino blanco, guindilla, perejil y limón, tienes un plato para chuparte los dedos. 

Anchoas, seña de identidad

Otro de esos productos que no podemos dejar de probar y, muy probablemente, de llevarnos a casa. Porque sí, anchoas existen muchas, pero como las de Santoña ninguna. 

Anchoas de Santoña.
Anchoas de Santoña.
Ramon Suarez / iStock

Su sabor marino salado nos gusta tanto que nos las comeríamos solas, aunque siempre puedes acompañarlas con un poquito de queso, en una tosta de pan, con pimiento, con tomate o en ensaladas. 

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