Una de las prácticas más comunes en España en lo que a alimentación se refiere tiene que ver con el hecho de guardar las latas de conserva dentro de la nevera, lo que a decir verdad, no comulga con la opinión de los expertos en seguridad alimentaria, puesto que los microorganismos patógenos se reproducen con gran rapidez si se encuentran a una temperatura templada. El centro de la polémica, al igual que ocurre con las ollas, se encuentra en las intoxicaciones alimentarias a causa de una inadecuada refrigeración, pero ahí no acaba la cosa.
Cuando dejamos un envase de conservas abierta en el refrigerador, corremos el riesgo de que el alimento que se encuentra dentro, como es el caso de las sardinas, el atún o los mejillones, pierda sus cualidades nutricionales. Además, también puede darse el caso de que su característico olor, normalmente bastante fuertes en el caso de las conservas, se transfiera a otros productos alimentarios o que la propia lámina absorba el aroma de otros alimentos almacenados.
No obstante, ahí no acaba la cosa. Una vez abiertas la chapa de la lata , la recomendación es que se consuman en el mismo día, ya que, en otro caso, podrían convertirse en un foco de bacterias perjudiciales para la salud. No hay que olvidar el hecho de que cuando se producen las conservas, normalmente fabricadas en acero laminado, se sellan al vacío para que los alimentos guardados en su interior pasen por un proceso de esterilización en el que se les somete a unas temperaturas muy elevadas para eliminar los microorganismos patógenos que pudiera haber en ellos. En resumidas cuentas, impedir el contacto con el aire y, como consecuencia, con las bacterias contaminantes.
¿Qué pasa si dejo una lata de conservas abierta en la neveras?
Cuando se abre una lata de conservas, como es el caso del tomate natural, los pimientos de piquillo, las alcachofas o los espárragos, lo que se aconseja es que se consuma ese mismo día o, en otro caso, guardar el producto sobrante en otro lugar, como es el caso de un táper. De lo contrario, puede ser un foco de bacterias y suponer, en casos extremos, un problema de salud grave, como en el caso se una intoxicación alimentaria. Así lo recomienda Beatriz Robles, Tecnóloga de alimentos y D-N.Docente en la Universidad Isabel I.
Los riesgos de dejar un envase de metal abierto en el frigorífico
Otro riesgo de dejar las latas abiertas en la nevera es el de la formación de bacterias y hongos. En este caso, uno de los principales problemas es el botulismo, una enfermedad causada por una toxina que sintetiza la bacteria Clostridium botulinum. Un microorganismo que, si se transmite a través de la comida, puede provocar dificultades al hablar o tragar, boca seca, vómitos, náuseas, calambres y párpados caídos. Síntomas que comienzan a aparecer entre las doce y las treinta y seis horas después de que la toxina haya entrado en contacto con la sangre.
¿Cuánto tiempo dura una lata abierta?
No conviene almacenar este recipiente con las conservas en el frigorífico más de dos días. Sin embargo, si sabemos que el consumo será pocas horas después de abrir la lata, se puede cubrir esta con papel transparente, aunque hay que tener en cuenta que este no es totalmente impermeable, por lo que la mejor opción es un envase de cristal o plástico que lleve tapadera.
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