En el mundo de la moda siempre se dice que las tendencias son cíclicas, o lo que es lo mismo, que todo vuelve a llevarse con el paso del tiempo. ¿Sucede lo mismo con la cocina? Si es así, son buenas noticias para el manjar blanco, un alimento que tuvo una época de esplendor en la Edad Media y que desde entonces está presente, tanto dentro como fuera España.
En Brasil se conoce como 'manjar branco' y en catalán, 'menjar blanc'. A base de almendra o de arroz, este producto típico de Reus (Tarragona), es una crema dulce aromatizada con canela y piel de limón. Pero no siempre fue como lo conocemos hoy, de hecho, en la cocina medieval se preparaba con pechuga de pollo, almidón de arroz, azúcar y almendras, entre otros ingredientes.
Origen del manjar blanco: el postre más literario
El médico del rey de la Corona de Aragón, Arnau de Vilanova, recomendaba en un texto de 1310 el manjar blanco con capón o pechuga de pollo para convalecientes y personas delicadas. De hecho, el manjar blanco aparece citado en textos literarios medievales catalanes. Cervantes, en su conocida obra Don Quijote de la Mancha, hace mención a este producto cuando don Quijote y a Sancho Panza lo comen a su paso por Barcelona.
Se piensa que este postre tiene su origen en la cocina árabe, que después se adaptó a la comida española. Su popularización pudo tener lugar en el monasterio la Cartuja de Escaladei ante la necesidad de los monjes de unos postres que no tuvieran carne ni derivados animales (los huevos o la leche de la crema catalana) de cara a la Cuaresma.
Ingredientes y cómo preparar el manjar blanco
Si quieres preparar esta receta típica de Tarragona, presta atención.
- 1 litro de leche de almendras
- La piel de un limón
- 150 gramos de azúcar
- 1 palo de canela y también en polvo
- 60 gramos de maizena
Este postre fue exportado a los principales países de Europa, como lo son Francia, Italia o Alemania. Estos son los pasos que debes seguir para preparar el producto que ha conquistado decenas de países.
- Ponemos la piel del limón, el palo de canela y el azúcar dentro de la leche y lo ponemos a hervir. Reservando un poco de esa leche para disolver el almidón de maíz. Cuando esté a 60º C de temperatura, incorporamos el almidón de maíz a la cazuela y vamos removiendo continuamente, sin parar, hasta que esté a punto de hervir y espese.
- Servimos en un cuenco.
- Espolvoreamos la canela. ¡Y listo!
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