Viajar a los Países Bajos y no comer bien de queso es casi un sacrilegio. En cada esquina del país encontrarás una tienda donde, además de probar el gran número de quesos que su gastronomía ofrece, es muy difícil no salir de allí con un souvenir gastro.
Ahora lo llamamos Países Bajos, pero en otra época Holanda fue conocida como 'el país del queso', y es que este pequeño territorio tiene una importante trayectoria quesera.
La producción y exportación de quesos es una de las principales actividades económicas del país donde cada ciudadano consume una media de 15 kilos de queso al año. Ahí es nada. Parte de esta tradición viene de la gran cantidad de vacas de raza frisona que viven en el país: más de millón y medio.
De entre los quesos holandeses que no podemos dejar de probar se encuentran estos cinco, que nos han conquistado el paladar.
Queso Beemster
Comenzó a producirse a principios del siglo XX en Beemster, una región al norte del país y su proceso de elaboración ha sido transmitido de generación en generación. Se elabora con leche de vaca pasteurizada y se trata de un gouda más viejo, al menos con 18 meses de maduración.
Queso Gouda
Es posiblemente el queso emblema del país. Se produce en la región de Holanda del Sur, y recibe el nombre de la ciudad donde se comercializaba desde la Edad Media. Se trata de un queso de vaca semiduro que es Denominación de Origen protegida.
Queso Edam
¿Recuerdas el queso Babybel que te llevabas al recreo? Ese es el queso edam. La característica cera roja del envoltorio es una de sus señales irreconocibles. Se elabora tradicionalmente en forma de bolas y compite con el gouda en la posición de queso más famoso del país.
Queso Ahumado
El queso de vaca ahumado es otro de esos quesos más representativos de Países Bajos. En forma de salchicha, el humo le da un sabor muy peculiar a este embutido.
Queso Maasland
Un queso holandés de aspecto suizo. El Maasland es un queso semiduro con una consistencia semejante a la del Emmental de sabor suave, dulce y cremoso. Sus característicos agujeros recuerdan al suizo queso Gruyere.
Nos están dando unas ganas infinitas de visitar Países Bajos, recorrer sus calles en bicicleta y probar cada uno de estos tipos de queso en las tienditas que encontramos por las esquinas. Pero mientras tanto iremos al supermercado a hacer la compra.
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