Lava comestible del volcán de La Palma: así es el dulce que ya se vende en los mercados de abastos

Christian Escribá en el Mercado de la Boquería
Christian Escribá en el Mercado de la Boquería
Instagram / @mercadodetriana
Christian Escribá en el Mercado de la Boquería

Un año después de la entrada en erupción del volcán de La Palma, mercados como el de La Boquería, en Barcelona, han iniciado un proyecto solidario en apoyo a los afectados. En sus puestos, ya se puede comprar la lava comestible, un dulce con sabor a plátano cuyos beneficios irán destinados íntegramente a los ciudadanos perjudicados por la erupción.

El pasado lunes, 19 de septiembre, se cumplía el aniversario de la erupción, la cual no se detuvo hasta el 13 de diciembre, tras 85 días de actividad. A día de hoy, La Palma se va recuperando, poco a poco, de los desastrosos efectos que este desastre natural tuvo para los ciudadanos palmeños. Esta iniciativa de los mercados tradicionales pretende dar su apoyo económico a la causa. 

Con un precio simbólico de 2,50 euros, esta lava comestible se puede conseguir en cualquiera de los 200 mercados y plazas, distribuidos por todo el país, que forman parte de la Confederación de Mercados Tradicionales de Abastos de España. Entre ellos se cuentan algunos como los mercados de la Marina y de Sants, en Barcelona; el de la Ribera, en Bilbao; el de La Paz, Chamartín y de Las Águilas, en Madrid, o el de Triana, en Sevilla.

Este producto solidario ha sido elaborado por uno de los pasteleros españoles más reconocidos: Christian Escribá. Hijo y nieto de reposteros, Christian representa la cuarta generación de una saga de pasteleros catalanes. El chef dirige la Pastissería Escribá donde, desde hace años, crea dulces tan originales como esta lava. Durante su brillante carrera, el repostero ha recibido reconocimientos como el título a Mejor Pastelero de España, otorgado por la Academia Española de Gastronomía.

¿De qué está hecha la lava comestible?

Azúcar, albúmina de huevo, colorante y aroma. Estos son los ingredientes con los que Escribá ha creado su lava comestible, creada a partir de carbón de azúcar y con un sabor a plátano que hace un homenaje a uno de los productos más simbólicos de las Canarias. 

La elaboración comienza con un jarabe a 128 grados, al que se añade una disolución de azúcar, clara de huevo y colorante negro. Esta mezcla provoca una erupción que, más adelante y tras treinta minutos de reposo, se solidifica en unas deliciosas rocas comestibles

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