¿Has probado alguna vez un pan elaborado en aguas termales? Así es este pan geotérmico

El pan es uno de los ingredientes básicos que no puede faltar en las dietas. Hay todo tipo de versiones, como el  pan de centeno, de cereales, de maíz, de trigo, etc., pero seguro que nunca habías oído hablar del pan geotérmico. 

El pan geotérmico, también conocido rúgbrauð, es típico de Islandia y se elabora con la energía geotérmica del suelo volcánico cerca de aguas termales. Es una tradición que lleva años puesta en marcha y que a día de hoy se sigue llevando a cabo, ya que es una fuente de energía 100% sostenible y natural. 

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Origen y elaboración

Esta tradición comenzó, aproximadamente, en el siglo XIV, en Islandia. El único cereal que tenían era el centeno, que era importado desde Dinamarca, y decidieron elaborarlo de la manera más sostenible posible. 

Para ello decidieron cocerlo al vapor gracias al calor del suelo volcánico. Elaborar este pan geotérmico es todo un deporte de riesgo, ya que requiere mucho esfuerzo físico, paciencia, y mucho cuidado.

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El pan se introduce en una olla de hierro que se mete en un agujero de aproximadamente 30 centímetros de profundidad. El hueco se va llenando de agua, por las aguas termales internas que lo rodean, y comienza a salir el vapor.

A continuación, se tapa la olla y se entierra creando un montículo. Cuando haya una pequeña montaña, se coloca una piedra en la parte superior, simplemente para avisar a los ciudadanos de que en ese lugar se está preparando un pan. El pan se deja unas 24 horas, y, cuando haya pasado este tiempo, se saca la olla con mucho cuidado, ya que la temperatura roza los 95 grados.

Tiene un color oscuro, es denso, no tiene corteza y su sabor es dulce, aunque no en exceso. Se puede comer solo, aunque normalmente, se mezcla con mantequilla, y sirve para acompañar algunos platos como la empanada de cordero, el cordero ahumado (denominado hangikjöt) y el arenque (una especie de pez). El rúgbrauð, es conocido también como "pan del trueno". Comer este tipo de pan en exceso puede llegar a provocar flatulencias.

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