El sabor del pan cambia para siempre: así es la ley que obliga a hacerlo con menos sal

La forma más saludable de comer pan es cuando es 100% integral.
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Seguro que has escuchado la típica frase a tus abuelos que dice eso de que los alimentos ya no saben como antes. Pues bien, a partir de ahora, el pan tampoco lo hará, aunque todo tiene una explicación. 

En abril de 2019 se aprobó la norma de calidad del pan por el Real Decreto 308/2019, BOE de 11 de mayo y entró en vigor el 1 de julio de 2019 como un proceso de adaptación de los fabricantes hasta el pasado viernes 1 de abril de 2022. 

Igual has notado en esta última semana el pan no te sabe igual, y esto se debe a las proporciones que marca la ley. Esta ley establece un límite máximo de sal en el pan común de 1,31 gramos por 100 gramos de pan.

En el caso de que la medición sea a través del cloruro sódico total será de 1,66 gramos de sal por 100 gramos de pan.

Para el pan y derivados

Esta nueva ley no solo afecta a las proporciones de los ingredientes de la barra de pan, sino también a todos sus derivados: pan integral, colines, biscotes, pan tostado, de molde, rallado, de pita, picos, masa madre, panes especiales...

"Esta norma supuso una actualización normativa que había sido demanda por parte del sector productor y que respondía a dar las máximas garantías a los consumidores en cuanto a los productos que consumen y en ella se incluían medidas de distinta índole que buscaban caracterizar y definir de manera clara e inequívoca determinados productos como son los panes integrales, los panes de cereales o semillas distintos al trigo, o distintas formas de elaboración como puede ser la artesana o la realizada con masa madre”, explica el Ministerio de agricultura, Pesca y Alimentación a través de su web sobre esta nueva normativa que afecta al sabor del pan.

Antes de la aprobación de la ley, el ministerio ya se mostraba preocupado por el exceso de sal y de socio en los productos, por lo que, según explican, esta nueva normal "supuso un precedente legal en materia de regulación de requisitos de calidad de los alimentos, dado que por primera vez en España se introducía una medida de fiscalidad positiva que buscaba incentivar el consumo, con un tipo de IVA reducido para aquellos productos considerados más saludables como pueden ser los integrales o los bajos en sal”.