Croquetas tan originales que no te habías planteado hacer en casa

Croquetas de Pisto
Croquetas de Pisto, otra posibilidad.
EUROPA PRESS/RTVA
Croquetas de Pisto

Las croquetas tal vez sean, junto a la tortilla de patata, el indispensable de la cocina tradicional española (luego cada región aporta lo suyos). Son uno de los platos más queridos y deseados de nuestra gastronomía. De igual modo que "a nadie le amarga un dulce", a nadie le importa comerse una croqueta más.

El ingrediente principal que deben llevar todas ellas y el más importante a la hora de conseguir un buen resultado es, sin duda, la bechamel. Sin una buena bechamel no es posible conseguir una buena croqueta.

Si sabemos hacer una buena bechamel -suficientemente firme, suficientemente cremosa- ya tenemos garantizado el 80% del éxito. Mi abuela -como tantas otras- sólo le añadía trocitos de huevo duro y el resultado era espectacular.

Un poco de imaginación

Pero a partir de ahí, de la bechamel, todo es tradición o imaginación. Esta vez nos ocupamos de lo segundo. ¿Qué tipos de croquetas, por originales, no te habías planteado hacer en casa?

<p>La croqueta es una porción de masa hecha con un picadillo de diversos ingredientes.</p>
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GTRES

Hay que dejarse llevar. La idea de partida es que la masa de harina, mantequilla, leche, huevo y pan rallado, convertida en bechamel, es una especie de hidrato de carbono que casa con todo, sea dulce o salado. A partir de ahí todo es deshacerse de prejuicios y probar.

Podemos hacer croquetas de sobrasada, de jamón con queso azul, de chipirones en su tinta, de cecina y puerros, de Cabrales con nueces, de zanahoria y queso, de longaniza, de queso azul y membrillo, de pollo y chocolate, de queso y mostaza, de patata y coliflor, etcétera, etcétera.

Las benditas sobras

Decimos que la bechamel va bien con todo. Así que podemos improvisar. Hacer la masa y luego encontrar su relleno a poco que abramos la nevera. Estamos otra vez en esa maravilla que es la cocina de aprovechamiento -origen de tantos platos del recetario tradicional-.

Croquetas
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IKER MORÁN

Con las sobras se hacen milagros y más ahora con la cesta de la compra por las nubes. Por ejemplo, sobró lasaña de carne. Pues con esas sobras hacemos croquetas de lasaña de carne con sólo retirar las láminas de pasta.

Y quien dice lasaña de carne, dice aquel guiso de carrilleras (o carrilladas), aquel pollo asado, aquellas truchas a la navarra, aquel rabo de toro, aquella tajada de bacalao con pimientos o las sobras del cocido. Todo es susceptible de entrar en una croqueta y dar un buen resultado.

También podemos usar sobras pero tras darles un toque, un tuneado. Por ejemplo, si nos ha sobrado carne guisada, podemos desmenuzarla un poco y mezclarla con jalapeños picantes. Es una posibilidad.

Y las croquetas de arroz

Las 'arancine' sicilianas son un buen ejemplo de cocina de aprovechamiento.
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WIKIPEDIA/G.Melfi

Las arancine son una especie de croqueta en la que se sustituye la bechamel por arroz. Tienen mucho hidrato y poco relleno, pero bien hechas están buenísimas. Son un plato típico de Italia, especialmente de Sicilia, donde al parecer se inventó.

Lo básico de la receta es arroz, azafrán (que es lo que les da su característico color anaranjado), queso y un rellano con carne y alguna verdura. Todo ello se reboza. Su color interior recuerda a las naranjas y por eso en Sicilia las llaman arancine o arancini (naranja pequeña en italiano). Aquí está la receta completa:

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