Asada, a la parrilla, frita o cocida, la berenjena es un alimento muy versátil y saludable. En España la utilizamos para una gran variedad de platos típicos como la escalivada o para hacer una deliciosa lasaña vegetal. También se incluye en otras recetas adoptadas, de inspiración griega, como la musaka.
Además de su exquisito sabor, la berenjena es una fuente de nutrientes, como fibra y minerales. Sin embargo, como todos los productos de cultivo, tiene una vida útil y su propio proceso de maduración. ¿Cuándo es recomendable consumir la berenjena? O dicho de otro modo, ¿cuándo está en su punto perfecto para comerla?
¿Cómo saber si la berenjena está buena?
La carne de la berenjena es de color blanquecino con semillas, cuando esta empieza a cambiar de color hacia un tono más oscuro, está empezando a ponerse mala. Sin embargo, hay formas de saber si la berenjena está buena sin tener que abrirla, por ejemplo, en el momento de comprarla en el mercado.
La textura de la berenjena es una prueba irrefutable, la piel debe estar lisa. Cuando empieza a ponerse mala, le van saliendo arrugas. Pero no es la única forma de comprobarlo. El tallo, también te ayuda a saber el estado del producto. Y es que el color debe ser verde intenso; cuando está pasada, el tallo cambia hacia un color marrón.
La prueba del algodón, por todos conocido, es tocar el alimento cuando estamos en el supermercado. Es la forma tradicional de comprobar si está maduro o verde. Lo hacemos con productos como el aguacate o incluso con la sandía. Con la berenjena, pasa lo mismo. Si hacemos presión con los dedos y la piel no se deforma ni lo más mínimo, es que está verde; si se deforma y vuelve a su estado original, está en su punto perfecto, y si, por el contrario, no tiene esa elasticidad y se queda hundida la piel, está empezando a madurarse en exceso.
Propiedades de la berenjena
El color morado se debe a las antocianinas, un grupo de pigmentos vegetales presentes en vegetales y frutas. Se les atribuyen propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y antioxidantes. Aunque no contiene muchas vitaminas, posee sustancias que estimulan el funcionamiento del hígado y la vesícula biliar. Favorece la eliminación de líquidos, rebaja los niveles de colesterol en sangre, reduce la presión arterial y es buena para el sistema nervioso.
Desde la Fundación Española de Nutrición, explican que su valor energético y nutritivo es pequeño comparado con el de otras verduras y hortalizas, siendo el componente mayoritario en su peso el agua: "Es de contenido fibroso medio, pero más localizado en piel y semillas. La piel de la berenjena contiene una antocianina, la nasunina, con acción antioxidante. Además, la berenjena contiene cierta cantidad de un alcaloide tóxico llamado solanina, que aparece mucho más en las partes verdes de la planta y en los frutos poco maduros. La solanina desaparece con el calor, de modo que una berenjena madura, bien preparada y cocinada no supone el más mínimo riesgo", explican desde su web.
Por cada 100 gramos, la berenjena contiene:
- Carbohidratos 5.7 g
- Grasas 0.19 g
- Agua 93%
- Fibra alimentaria 3 g
- Proteínas 1 g
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