Retira el hilo negro de las gambas en casa sin abrirla, pelarla o destrozarla

Hay que tener en cuenta que en el caso de la gamba hervida no se debería realizar este proceso, ya que por ese mínimo orificio perderíamos jugos que desaparecerían por la temperatura de la cocción. 
Chupar las cabezas de las gambas o langostinos es completamente seguro.
Gambas
quintanilla / iStock
Chupar las cabezas de las gambas o langostinos es completamente seguro.

Si por algo se caracterizan las comidas de Navidad en España eso es, sin lugar a dudas, por los platos de marisco al centro. Entre las exquisiteces culinarias no pueden faltar, claro está, las gambas, los gambones y los langostinos. Y es que, a decir verdad, los crustáceos, junto al jamón ibérico, son dos de esos entrantes tan codiciados en tan señaladas fechas navideñas. 

Sin embargo, no siempre está al alcance de todas las familias, sobre todo por el encarecimiento de los precios a pocos días de que se celebre tan remarcadas fechas navideñas, por lo que en nuestro país no son pocos los que optan por congelarlo hasta dos semanas antes de la Nochebuena o la Nochevieja. Y luego, cocerlos con mimo y esmero para que queden jugosos y en su punto. 

Ahora bien, lo cierto es que ya una vez sentados en la mesa no es plato de buen gusto para nadie tener que lidiar con los intestinos de las gambas o, lo que es lo mismo, el desagradable hilo negro. Sin embargo, a pesar de lo que se suele creer, existe un método muy sencillo y eficaz para retirarlo y presentarlo sobre el plato ya limpio, lo cual será de gran agrado para los comensales. 

¿Cómo retirar el hilo negro de las gambas y los langostinos?

Por increíble que parezca, es posible retirar los intestinos de las gambas, los gambones y los langostinos sin necesidad de pelarlos ni destrozarlos, como muestra el reputado chef Quique Dacosta en su cuenta de Instagram. "Extracción del intestino de la gamba sin abrirla ni morir en el intento. Sin tocar la carne y mimando el producto", arranca el cocinero durante la explicación del vídeo donde le podemos ver retirando esta parte que no nos gusta encontrarnos.

En el vídeo podemos ver, como con la ayuda de un palillo, Dacosta busca el hueco entre la cabeza y el cuerpo de la gamba, pincha el palillo para abarcar este hilo negro, y tira de él hacia fuera. De esta manera, a simple vista, la gamba queda intacta. No obstante, hay que tener en cuenta que para la gamba hervida de agua de mar no se debería realizar este proceso, ya que "por ese mínimo orificio perderíamos jugos que se irían al agua de mar por la temperatura de la cocción y queremos todo esos jugos dentro de la gamba y no en el agua de cocción", comenta Dacosta junto con este vídeo explicativo.

¿Cuánto tiempo hay que cocer el marisco?

La técnica que se suele utilizar a la hora de la cocción de la gamba suele ser a la plancha, especialmente cuando están frescas. Sin embargo, no siempre es así, y se acude a la opción congelada, puesto que es más económica. En este punto es clave saber cómo descongelarlas. Lo primero es que las gambas, al descongelarse, suelten el hielo y el agua que llevan.

Si se tiene tiempo, lo recomendable es sacarlas del congelador y dejarlas que se descongelen unas siete horas a temperatura ambiente. En otro caso, la alternativa pasa por meterlas en una bolsa y pasarlas durante unos 10 minutos bajo agua templada. Luego se pueden hacer a la plancha o cocerlas. En este último caso, ponemos agua a calentar.

Cuando hierva, echamos sal al gusto. Por cada kilo de gambas, tres litros de agua. Mientras cocemos las gambas, ponemos en un recipiente agua fría con hielo y sal. Las gambas estarán cocidas cuando suban a la superficie de la olla. A continuación, las sacamos, con una espumadera por ejemplo, y las ponemos en el agua con hielo para cortar la cocción. Con dos o tres minutos nos vale.

Diferencias entre gambas, quisquillas y camarones

Lo primero en lo que debemos fijarnos para diferenciar estos tres tipos de marisco es el color. Mientras que debajo del agua las quisquillas son prácticamente transparentes tirando a colores grisáceos, el camarón es más pardo, y la gamba rojiza. 

El tamaño y la forma de la cabeza son otros factores determinantes. Mientras que la quisquilla puede medir no mucho más de cinco centímetros, los camarones pueden alcanzar los diez. La cabeza de las quisquillas cuadrada, mientras que la de las gambas es alargada y con forma de pico y la de los camarones es afilada y triangular.

En cuanto a la forma del cuerpo, el camarón se diferencia fácilmente ya que está dividido en segmentos con manchas marrones, amarillas y blancas. A la hora de hincarles el diente, el sabor es una diferencia fundamental. El camarón tiene el sabor más intenso y fino que las quisquillas y que las gambas, y por ello su precio es más elevado. Por su parte, la parte de las quisquillas es un poco más dura que la de las gambas.

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