Dos formas de enfriar el vino de manera rápida

La ola de calor está haciendo sus estragos, y puede ocurrir que en lugar de salir a comer o a cenar prefieras improvisar una reunión con tus amigos o familiares. ¡Y se te ha olvidado meter el vino en el frigorífico!

Partimos de la base de que, dependiendo del tipo de vino la temperatura de consumo varía bastante -no es lo mismo un tinto que un blanco o un rosado- y de que lo vayas a consumir de manera inmediata o no, el vino siempre se debe conservar a una temperatura media de unos 15-16º y lejos de los cambios de luz y temperatura. 

Si eres un auténtico amante del mundo de los vinos, lo ideal es que tengas en casa una cava o enfriador de vinos que te permita tener estos tesoros líquidos a la temperatura ideal, sea cual sea la que necesitan, pero si no tienes esta suerte, puedes conservar tus botellas en un lugar oscuro y que no sufra grandes cambios de temperatura. 

La pizzería donde se vende la pizza napolitana más famosa del mundo: siempre hay cola para comer

¿Que te ha pillado el toro, tienes visita y los vinos blancos y rosados los tenías a temperatura ambiente? Milagros no se pueden hacer, y por mucho que corras en meterlo a la nevera o al congelador va a tardar un ratito, aunque también existen otras dos opciones para enfriar el vino de manera exprés.

Cubitera y enfriador, tus mejores aliados

Como no hace falta que te digamos que lo de echar un hielo en el vino es un pecado que no debes cometer, puedes utilizar hielo para enfriar, sí, pero la botella por fuera.

Qué pescados son los más seguros para evitar el anisakis

Una opción es utilizar la típica cubitera que nos encontramos en los restaurantes, pero en versión casera. Es posible que no tengas una cubitera al uso en casa, así que puedes improvisar una con cualquier recipiente, y añadir agua con sal y hielo para que se enfríe. Mete la botella y déjala unos minutos hasta que se enfríe. 

Otra opción mucho más pro es la de estar siempre prevenido y tener un enfriador en el congelador, esa típica funda con líquido congelado que nos ponen en ocasiones en los restaurantes alrededor de nuestra botella de vino.