La serie más morbosa del año: sexo y realeza con Julianne Moore y Nicholas Galitzine en 'Mary & George'

SkyShowtime recupera a Mary Villiers y su hijo George, amante del rey Jacobo I de Inglaterra, dos figuras clave en la corte inglesa del siglo XVII ignoradas por la historia. 
'Mary & George'
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Cinemanía
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“Si fuera hombre y me pareciera a ti, gobernaría el planeta”, le dice Mary Villiers (Julianne Moore) a su hijo George (Nicholas Galitzine) en la miniserie histórica Mary & George. La condesa de Buckingham, un personaje real, hizo de su familia una de las más influyentes en la Inglaterra del siglo XVII, pero ha sido ninguneada en los libros de historia. En el mejor de los casos, se la recuerda como una "bruja". 

La apuesta de Sky, que se estrena el 8 de marzo en España a través de SkyShowtime, recupera la novela The King's Assassin, de Benjamin Woolley, para seguir la historia real de Mary Villiers, una astuta mujer de origen humilde que educa a su segundo segundo hijo, el ingenuo y carismático George, con el fin de que seduzca al rey Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra (Tony Curran). 

El germen de esta serie fue precisamente la figura de Jacobo I. En 2018, un artículo en Time Out llamó la atención de la productora ejecutiva Liza Marshall. En él, se desvelaba la homosexualidad del monarca, algo que ni siquiera Marshall, que había estudiado Historia en la universidad, sabía: “Descubrí que había tenido tres amantes ‘favoritos’ diferentes”. 

Impulsada por el deseo de saber más sobre el rey, se puso a investigar sobre ese periodo para dar con la manera de trasladarlo a televisión y fue así como se topó con el libro The King’s Assassin, donde descubrió las artimañas de Mary y George Villiers para ascender en la corte de Inglaterra. “Las mujeres a menudo han sido borradas de la historia, pero Mary tuvo un papel muy significativo: pasó de ser nadie a convertirse en la mujer más poderosa en la corte", defiende Marshall.

Ya con el libro en su poder, la productora sumó al proyecto al guionista D. C. Moore (Killing Eve), que quedó fascinado por la relación tan poco convencional entre madre e hijo: “Mary prácticamente vendió a su hijo George al rey para así poder usar el poder que eso le otorgaba”. El retrato que hizo Moore de Mary fue clave para añadir a Julianne Moore a la serie.

De madre a hijo: Julianne Moore y Nicholas Galitzine en 'Mary & George'

Julianne Moore y Nicholas Galitzine en 'Mary & George'
Julianne Moore y Nicholas Galitzine en 'Mary & George'
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Julianne Moore asegura que nunca ha hecho un papel similar a Mary Villiers. Lo primero que la atrajo fue la forma en la que la había escrito el guionista D. C. Moore, poniendo en valor sus logros. “Era alguien que no tenía entidad ni autonomía algunas", cuenta la actriz: "Ninguna adquisición más allá de lo que tenían los hombres con los que se casó o los hijos que tuvo, y se las arregló para conseguir muchísimo y aún así fue olvidada por la historia".

La norteamericana, lejos de aceptar una visión tan limitante del personaje histórico, defiende que se trató de una mujer "extraordinaria", más allá de lo moralmente reprobables que fueran sus acciones. "Ve en George las posibilidades que habría habido para ella de ser un hombre", explica Moore sobre la atípica dinámica maternofilial: "Mary quiere muchísimas cosas para George, aunque luego también las quiera para ella".

Empujado por la ambición de Mary, George se forma en Francia y, a su regreso a Inglaterra, se convierte en uno de los amantes del monarca Jacobo I, adquiriendo más y más poder junto a su madre en la corte. “Estamos contando una historia real y era importante investigar al personaje", explica Galitzine sobre la preparación: "Pero, además de leer el increíble libro de Benjamin Woodley, se trataba de intentar captar la esencia de este hombre del renacimiento". 

"Empezamos conociendo a un joven sensible, de emociones frágiles, que de alguna forma busca el amor de su madre, y se va convirtiendo en algo diferente", analiza el actor: "Capturar esa dulzura y vulnerabilidad, pero a la vez construir la crudeza y al ser maquiavélico era muy importante en la preparación del personaje”.

Reyes y amantes: Tony Curran y Nicholas Galitzine en 'Mary & George'

Tony Curran y Nicholas Galitzine en 'Mary & George'
Tony Curran y Nicholas Galitzine en 'Mary & George'
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Mary & George comenzó con la figura de Jacobo I e, inevitablemente, él es el tercer ángulo de este enredo real. Tony Curran es el encargado de llevar a la pantalla al soberano más ninguneado en la historia de la Corona británica. El escocés afirma haber disfrutado "cada minuto" en la piel del personaje al tratarse de "un monarca que fue ignorado, un monarca del que no sabemos mucho". 

Si bien los siete episodios que conforman la serie no han sido suficientes para abarcar la época jacobina al completo, ahondando en la apertura del mercado global y el desarrollo en la ciencia moderna o el entretenimiento, sí que han permitido explorar la sexualidad en aquel momento. “Ahora creemos que nosotros hemos inventado la fluidez sexual, pero si volvemos 400 años atrás en el tiempo, la gente no se definía por su sexualidad y se acostaba con una gran variedad de personas”, recuerda Marshall.

En esa misma línea, el director Oliver Hermanus destaca que, en Mary & George, "no se trata tanto de la forma de encarar el sexo de los personajes como de dar con la manera de mostrar la libertad a la hora de tener sexo de los personajes". Así, la ficción aborda sin tapujos la homosexualidad de un rey casado y con hijos.

"El sexo es bastante extenso. Hay relaciones de hombres con hombres, mujeres con mujeres. No nos escondemos a la hora de expresar la forma en la que los humanos se sienten ante el deseo", afirma Curran, aunque puntualiza que entre su personaje y George no solo hay una intimidad intensa, sino también "una ternura que con suerte habremos sabido transmitir".

Mary & George tiene todo lo que se espera de un buen drama de época (vestuario cuidado al detalle, decorados que facilitan una experiencia inmersiva), y además destapa secretos de alcoba de la realeza y rompe tabús sobre sexualidad con un lenguaje actualizado y malsonante. Es una apuesta sin filtros, mordaz, explícita y desinhibida, sobre tejemanejes políticos, personajes cuestionables y reinterpretaciones históricas, que resuena como pocas otras con la audiencia moderna. 

Es un disfrute a medio camino entre la satírica The Great y la libidinosa Los Bridgerton. Pero, sobre todo, esta ficción salda una deuda histórica con Mary Villiers. “La historia ha sido escrita por hombres”, zanja Marshall: “A nosotros nos emociona poner por fin a mujeres, así como a personajes queer, en el centro de la nuestra”. 

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