El director de 'One Piece', en contra del abuso de los efectos especiales

Marc Jobst se muestra beligerante ante el posible uso del Volume en el live-action de Netflix, la avanzada tecnología utilizada en megaproducciones como 'The Mandalorian'. 
'One Piece'
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Netflix
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Tras la renovación de One Piece por una segunda temporada en Netflix, la adaptación del manganime de Eiichirō Oda continúa dando de qué hablar en base a qué veremos en un futuro. La serie ya apostaba por la construcción de decorados impresionantes, que emularan lugares tan icónicos como el Baratie, y peleas reales en sus escenas de acción, por la que sus protagonistas tuvieron que entrenar durante meses. Gran parte del éxito de una producción que, precisamente, evitaba abusar de los efectos especiales. 

En declaraciones recientes de Marc Jobst, director de los primeros dos capítulos del live-action de One Piece, este se mostraba "muy en contra" del uso del Volume para rodar la ficción. "Realmente sentía que era importante que los actores estuvieran en un entorno real", ha confesado el cineasta.

El Volume es un tipo de tecnología que se ha popularizado en las megraproducciones, especialmente entre aquellas en las que participa Disney. Se trata de un cubo enorme en el que las paredes y el techo se realizan con pantallas LED  a resolución de 4K. Una manera de trasladar a los personajes a cualquier escenario inimaginable con una facilidad desbordante.

'One Piece' decide rehuir de la tecnología más avanzada

"Cuando filmamos la secuencia de Gold Roger, a pesar de que había mucha pantalla azul, Jobst nos llevó a un mundo real. Rodamos en un castillo para que estuvieran rodeados por las paredes y se sintieran como si estuvieran en un espacio", ha revelado la directora de fotografía de la serie, Hirsh Whitaker. 

Aunque Whitaker entiende las ventajas de Volume, la profesional apuesta porque los decorados prácticos sean el "camino correcto a seguir" en la industria. "Volume es una herramienta increíble y es realmente importante porque tenemos que adoptarla por muchas razones, pero creo que para One Piece, la historia sobre una familia y un universo con muchos exteriores a la luz del día, lo que hicimos resultaba el mejor camino a seguir", añade Whitaker. 

Así, One Piece pone el valor la construcción de sus secuencias, con la complicación que supuso para el equipo rodar reiteradamente y de manera verídica en el agua. Por ello, y dada la necesidad actual de la industria del abuso del CGI en las producciones, Whitaker califica  su experiencia en la producción de Netflix como "divertida" y "una forma diferente de trabajar". 

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