Cuando España se quitó a Franco de encima, también empezó a quitarse la ropa: casi a salvo de la mojigata censura franquista, las mismas películas en las que antes se habían cortado besos y disfrazado infidelidades (a costa, como ocurrió en Mogambo, de trocarlas en incesto) comenzaron a mostrar sin pudor cuerpos desnudos. Cuerpos, eso sí, mayormente femeninos.
Aunque las excursiones culturales a Perpiñán habían tenido un breve receso con el estreno de El amor del capitán Brando en 1974, donde Ana Belén enseña brevemente el pecho, la auténtica explosión llegó con la muerte del dictador: La trastienda (1976) fue la punta de lanza del llamado cine de destape, de despelote o clasificado S, a medio camino entre el erotismo y la pornografía.
Aunque la escena a la que La trastienda debe su posteridad es un desnudo de María José Cantudo, en este título también actuaba una de las musas del destape, Susana Estrada.
La reina del cine S
Nacida en Gijón en 1949, Estrada debutó en el cine con El zorro de Monterrey (1971) y se dejó ver en Lo verde empieza en los Pirineos (1973), una película que, precisamente, trataba sobre un grupo de amigos que cruzan la frontera para ver aquellos largometrajes que la censura cribaba en su país.
Apenas había muerto Franco cuando Susana Estrada se puso al frente del espectáculo Historia del strip-tease, recibido en el seno de la sociedad claustrofóbica y puritana que la dictadura había formado como una necesaria transgresión y un soplo de aire fresco.
En 1975, además de en La trastienda, Susana Estrada aparece en El libro del buen amor que, al igual que La lozana andaluza, había eludido a la censura al basarse en un texto literario que se estudiaba en cualquier colegio.
La prensa cargó contra El libro del buen amor, protagonizada por el cantante Patxi Andión, al considerarla una película obscena, nacida por y para la mera exhibición anatómica. Esta sería la nota dominante en el cine de la próxima década, en el que Susana Estrada mantiene un asiento de primera fila.
Uno de sus momentos más memorables se produjo al recibir la actriz un premio concedido por el Diario Pueblo de manos de Tierno Galván, un año antes de que se instalase en el ayuntamiento de Madrid. Estrada decidió descubrirse el torso al recoger el galardón, a lo que "el viejo profesor" respondió, con flema, que tuviese cuidado porque podía resfriarse.
En 1982, cuando el destape muestra ya sus primeros síntomas de cansancio y pasa de ser un arma refrescante contra la España franquista a un mecanismo más, obsoleto y decadente, de una sociedad machista, Estrada protagoniza su última película en este género con Pasión prohibida.
A partir de aquí, la figura de Estrada se diluye en el imaginario público tras haber ocupado, durante los últimos años, un lugar privilegiado. En 2005, Antena 3 la rescató para un reality y, en 2008, hizo un cameo en Los años desnudos. Clasificada S, ambientada en la época del destape, donde interpreta a una periodista feminista que detesta este tipo de películas.
Con 72 años, Susana Estrada protagoniza el documental Susana y el sexo, de RTVE, en el que repasa su breve y descocada década de gloria.
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