El caso 'Sound of Freedom': qué hay detrás del éxito de este thriller conspiranoico sobre tráfico sexual infantil

La película, relacionada con el movimiento QAnon, ha superado a 'Indiana Jones 5' en la taquilla de EE UU.
Jim Caviezel en 'Sound of Freedom'.
Jim Caviezel en 'Sound of Freedom'.
Cinemanía
Jim Caviezel en 'Sound of Freedom'.

El fenómeno estadounidense de las 'películas basadas en la fe' apenas ha llegado a España, pero puede convertirse en una mina de titulares. Por ejemplo, cuando un filme de bajo presupuesto y sin grandes estrellas en su reparto, pero vinculado a la derecha religiosa y a una notable teoría de la conspiración, se las apaña para adelantar en taquilla al mismísimo Indiana Jones. 

Se trata de Sound of Freedom (también conocida como Sonido de libertad), un thriller de recursos modestos que, sin embargo, se las ha apañado para amasar 14,2 millones de dólares en la taquilla USA durante su primer fin de semana, frente a los 11,7 millones recaudados por Indiana Jones y el dial del destino. 

Las cifras de Sound of Freedom se vuelven más impactantes cuando sabemos que su presupuesto ha sido de 14 millones y medio de dólares, y que su recaudación total durante sus primeros siete días en taquilla ha bordeado los 40 millones. Cifras más que interesantes en los tiempos de vacas flacas que vive Hollywood hoy en día, e inquietantes si pensamos que el target del filme está formado en parte por los adeptos a teorías de la conspiración de extrema derecha. 

Un éxito 'milagroso' y una historia (no tan) real

Dirigida y coescrita por el mexicano Alejandro Monteverde, responsable de títulos como la antiabortista Bella (2006), Sound of Freedom está basada en las andanzas de Tim Ballard, un exoficial de inteligencia estadounidense que afirma haber desarticulado redes de tráfico sexual infantil a través de su ONG Operation Underground Railroad (OUR). Unas afirmaciones que, como recuerda The Guardian, han sido cuestionadas y criticadas tanto en su veracidad como en sus métodos. 

Esas críticas no se ven reflejadas en la película, donde Jim Caviezel (tal vez le recuerdes ensangrentado y crucificado en La pasión de Cristo) interpreta a un Ballard que pronuncia frases como "Los hijos de Dios no están en venta" y "Nunca confíes en un pederasta" mientras lucha contra una mafia de trata de niños. El imperio del crimen en cuestión está basado en Colombia, para más señas, y vinculado tanto a la guerrilla local como a multimillonarios similares a Jeffrey Epstein.

Como recuerda el experto en análisis de taquilla Pau Brunet (vía Twitter), Sound of Freedom se rodó en 2018 y estuvo a punto de llegar a los cines a través de la difunta 20th Century Fox. Sin embargo, los efectos combinados de la absorción del estudio por Disney y la pandemia dejaron al filme en dique seco hasta que Angel Studios, una compañía basada en Utah y especializada en el público religioso y conservador, compró sus derechos y aseguró su estreno.   

De hecho, la película que nos ocupa no es el primer éxito de Angel Studios: esta primavera, su serie bíblica The Chosen (Los elegidos) se convirtió en un fenómeno dentro del mercado del streaming, demostrando la habilidad del estudio para conquistar a su audiencia objetivo.

Así, parte del éxito de Sound of Freedom se debe a una campaña 'pay it forward' merced a la cual los espectadores más generosos compraron tickets para que otras personas pudiesen ver la película gratuitamente. Asimismo, Angel Studios ha centrado su promoción en atraer (mediante redes como TikTok) a sectores de la audiencia potencialmente interesados en su mensaje, y residentes en las regiones más conservadoras de EE UU, el llamado 'Cinturón de la Biblia'. 

Y aquí es donde comienza lo espinoso. Porque, si bien la explotación sexual infantil es algo que repugna a cualquiera, tanto el guion como la campaña del filme apuntan a teorías de la conspiración como la llamada 'QAnon'. Es decir, el convencimiento de que una trama de pedófilos izquierdistas y adoradores de Satán maneja las redes del poder en Washington.  

'Sound of Freedom' y el caso QAnon

Jim Ballard, el protagonista de la historia en la que se basa Sound of Freedom, no ha manifestado directamente su apoyo a las tesis de QAnon, pero sí las ha señalado como algo positivo: "Algunas de estas teorías han ayudado a que la gente abra los ojos", declaró el antiguo agente (vía Washington Post). El actor Jim Caviezel, sin embargo, es un partidario acérrimo de las mismas, ayudando a divulgar sus manifestaciones más exageradas. 

Durante una convención de QAnon celebrada en Oklahoma en 2021, por ejemplo, Caviezel aseguró que los niños rescatados por Jim Ballard iban a ser sacrificados para extraerles adrenocromo. Esta sustancia, producida por la oxidación de la adrenalina, no tiene ninguna utilidad farmacológica en la vida real, pero es uno de los pilares de una mitología conspiranoica que la señala como una potentísima droga con propiedades rejuvenecedoras. 

"Esta es una de las mejores películas que he hecho jamás: está a nivel de Oscar", exclamó Caviezel durante ese mismo evento. Pese a esto, Angel Studios ha tratado de desvincular al filme de las teorías de la conspiración, afirmando que quienes establecen una relación entre ellas y el argumento de Sound of Freedom no han visto la película. 

No obstante, los vínculos de Jim Caviezel (y, en menor medida, del propio Tim Ballard) con este ideario son del dominio público. Asimismo, en los diálogos del filme suenan consignas asociadas a QAnon ("La tormenta está sobre nosotros") y se hace referencia otras ideas pseudocientíficas asociadas a esta trama, como las teorías antivacunas. 

De esta manera, varios medios anglosajones han tachado a Sound of Freedom de propaganda conspiranoica de extrema derecha. Rolling Stone, por ejemplo, califica al filme de "experiencia repugnante que fetichiza la tortura de los niños", haciendo notar su capacidad para enervar y entusiasmar a espectadores que la verán como "una golpe en el corazón del Hollywood woke, ese nido de iniquidad que la pasó por alto y que cobija presuntamente a sus villanos". 

Opiniones similares han aparecido en cabeceras como Jezebel ("Una fantasía hecha a la medida de QAnon") y The Guardian. El diario británico responsabiliza del éxito del filme a "una desagradable maniobra de autobombo y astroturfing entre los círculos más extremos de la ultraderecha", y advierte sobre el chantaje emocional implícito en su argumento: "Si no estás contra nosotros, estás con ellos, sean quienes sean". 

Rechazos y conspiraciones

La advertencia de The Guardian parece haberse cumplido a lo grande. Basta con una búsqueda en Google para ver cómo Fox News, The Daily Wire y otros medios próximos a la 'alt right' arremeten contra los detractores de Sound of Freedom. En los casos más extremos, insinuando la connivencia entre dichos detractores y las redes de abusos sexuales. 

En redes sociales, como no podía ser de otra manera, este discurso llega a la hipérbole. Indagar sobre la película en Twitter supone entrar en una jungla de voces que hablan de conspiraciones satánicas para quitarle relevancia a su éxito mientras responsabilizan de las malas críticas al colectivo LGTBI (descrito como un nido de abusadores) y a oscuras redes "globalistas", aprovechando para atacar a plataformas como Netflix por no incluirla en su catálogo.  

El hecho de que Elon Musk, actual propietario de Twitter, le haya dedicado elogios al filme no debería ser relacionable directamente con este hecho. Al fin y al cabo, Mel Gibson también ha hablado a favor de Sound of Freedom, echando una mano en su promoción. 

Sin embargo, todo este entusiasmo no puede negar los hechos probados. Como, por ejemplo, que la mayoría de abusos sexuales contra niños no tienen su origen en tramas mafiosas internacionales, sino en el entorno cercano de la víctima, o que las tesis propagadas por QAnon tienen todos los visos de ser una chifladura cuyas profecías (como esa "tormenta" que, en forma de golpe de estado, barrería de Washington a los enemigos de Donald Trump) no tienen visos de cumplirse. 

Si el éxito de Sound of Freedom confirma algo, es la utilidad del sesgo de confirmación para divulgar ideas extremistas que han servido ya como acicate de actos violentos. Aquellos que identifican al filme como portador de la Verdad achacarán las reacciones negativas a las fuerzas del mal y harán oídos sordos a cualquier objeción. Corren malos tiempos, parece ser, para quienes prefieren buscar los males del mundo en la injusticia social en lugar de en conspiraciones en la sombra. 

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