Los sombreros más míticos que han dejado huella en el cine y que son un icono de sus películas

Parece una vulgar prenda, pero el sombrero ha tenido un peso vital en numerosas películas a lo largo del último siglo, desde Charlie Chaplin hasta el sombrero seleccionador de Hogwarts con Harry Potter.
Películas de 'Harry Potter' e 'Indiana Jones'
Películas de 'Harry Potter' e 'Indiana Jones'
Cinemanía
Películas de 'Harry Potter' e 'Indiana Jones'

Cuenta la leyenda que Charlot nació gracias a un bombín. Antes de incorporarse a un séptimo arte recién nacido, Chaplin trabajó en el vodevil. Sobre el escenario, el calculadamente patoso actor londinense atrajo las miradas de los directivos de la Keystone Film Company, que le extendieron un contrato a cambio de hacer varias películas a la semana, con una duración de entre diez y veinte minutos. 

Su primer título, Charlot, periodista o Ganándose el pan, no fue muy bien recibido por la productora. No sólo constituyó el debut de Chaplin como actor de cine, sino también el debut, en pantalla, de su más célebre personaje, Charlot, aunque este fuese un Charlot embrionario, con sombrero de copa, con el que ni la Keystone Film Company ni el propio Chaplin se sentían cómodos. “Vístete de otra forma, maquíllate y lo intentamos de nuevo”, le dijeron. Y Chaplin obedeció. 

El recién llegado había sido apadrinado por Fatty Arbuckle, el cómico más popular, por entonces, del cine hasta que fuese triturado por los rodillos mediáticos de Randolph Hearst

Pero en 1914, su caída en desgracia aún quedaba muy lejos, y Fatty era objeto de veneración, así que cuando el orondo actor le ofreció a Chaplin sus amplios pantalones para Charlot, a Chaplin le pareció una buena idea. Entendió lo que Arbuckle le proponía y creó una indumentaria basada en la incongruencia: chaqueta estrecha, zapatos grandes, tejidos elegantes pero deteriorados y un ridículo bombín. Quien salió de aquel guardarropa no fue Chaplin, sino Charlot.

Una prenda puede tener este impacto: sin el bombín, no habría Charlot; sin Charlot, no habría Chaplin; y sin Chaplin, ¿qué habría? Los sombreros han moldeado, desde su ilusoria irrelevancia, algunos de los personajes más icónicos del cine. Veamos algunos de ellos.

El pastel de cerdo de Buster Keaton

“Sombrero de pastel de cerdo”. Así se denomina al sombrero ligero, urbano y coqueto del que Buster Keaton se negaba a desprenderse. En una de las secuencias de El héroe del río (1928), Keaton visita una sombrerería por petición expresa de su padre, que no cree conveniente que su hijo, futuro capitán del barco de vapor familiar, lleve un pastel de cerdo a bordo.

Tras probarse varios sombreros, el padre le recomienda uno con el que Keaton, la verdad, no se ve muy favorecido. Tampoco tendrá que vestirlo por mucho tiempo: al salir de la tienda, una ráfaga de aire se lo arranca de la cabeza y lo empuja calle abajo.

El Stetson de John Wayne

La diligencia (1939) fue el primer gran papel de John Wayne, además del inicio de una colaboración entre el actor y John Ford que desembocaría en catorce películas, incluyendo Fort Apache (1948), La legión invencible (1949), El hombre tranquilo (1952) y Centauros del desierto (1956). En La diligencia, John Wayne interpreta al forajido Ringo Kid, para el cual él mismo eligió un sombrero de entre los que tenía en propiedad. En concreto, un sombrero marca Stetson

La película fue un éxito tal que resucitó al wéstern, pero no ganó el Óscar porque, ese mismo año, también se estrenó Lo que el viento se llevó. John Wayne consideró que el sombrero le había traído suerte, y lo vistió en varias películas hasta que, en Río Bravo (Howard Hawks, 1959), el Stetson estaba tan agujereado tras veinte años de uso y abuso que tuvo que retirarlo. Con honores, eso sí. 

'La diligencia' (1939)
'La diligencia' (1939)
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El borsalino de Bogart

En la primera mitad del siglo XX, los sombreros eran borsalinos, y los borsalinos eran de Humphrey Bogart. La fama cinematográfica de esta prenda se tradujo, años después, en un documental titulado Borsalino City

Su principal cliente fue Rick Blaine, el propietario de cierto bar en Casablanca: tras la película, las ventas de estos sombreros se dispararon entre la población masculina, que quería mirarse al espejo y ver cómo Bogart les devolvía la mirada. Pero no a todo el mundo le quedaba bien un borsalino, y algunos lo desecharon. Otros, en cambio, consideraron que aquel era el principio de una hermosa amistad.

Un recuerdo de París, un bar donde reencontrar el amor (y el patriotismo), una Marsellesa y el inicio de una hermosa amistad. Todo rodeando a Humphrey Bogart e Ingrid Bergman para terminar de hacer historia.
'Casablanca'
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El fedora de Indiana Jones

Cualquier clase de arqueología en la universidad empieza de la siguiente forma: “Os advierto de que los arqueólogos no llevamos látigo, ni usamos un fedora. Lo más normal, de hecho, es un salacot”. No obstante, Harrison Ford en Indiana Jones sí usaba látigo y fedora, tan esenciales para su trabajo lo primero como lo segundo. Y, sobre todo, esenciales para el éxito de la franquicia.

Fotograma de 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal'
Fotograma de 'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal'

Y el fedora de Freddy Krueger

El onírico asesino de Pesadilla en Elm Street (1984) no era tan cuidadoso como Indiana Jones, y su fedora estaba agujereada y rota, a juego tal vez con su rostro quemado y lleno de cicatrices. Con un jersey a rayas rojas y negras y un guante rematado por largas cuchillas, cualquier persona puede hacerse un disfraz muy convincente de Freddy Krueger en Halloween.

Freddy Krueger
Freddy Krueger
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Y el fedora de La máscara

El fedora de cada uno, según su capacidad y naturaleza. Y la naturaleza de La Máscara (1994) no es muy normal: el excéntrico y caricaturesco personaje interpretado por Jim Carrey lleva un fedora de ala ancha y color amarillo chillón, ensartado por una larga pluma. De todas formas, tampoco es lo más extraño de su indumentaria.

'La máscara'
'La máscara'
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El sombrero seleccionador de Harry Potter

Harry Potter no lleva sombrero: en la franquicia basada en los libros de J.K. Rowling, el sombrero seleccionador se lleva a sí mismo. Las arrugas de esta prenda ancestral se comprimen, formando algo parecido a unos ojos y una boca, a través de la que habla sin mesura. 

Cada septiembre, al comienzo del curso en Hogwarts, es tarea del sombrero seleccionador enviar a los alumnos de primer año a la casa que les corresponde: para ello, los jóvenes magos se calzan el sombrero y este, tras reflexionar, los manda a Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw o Slytherin.

El sombrero seleccionador en 'Harry Potter y la piedra filosofal'
El sombrero seleccionador en 'Harry Potter y la piedra filosofal'
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