El espíritu del giallo ha poseído a Edgar Wright (Baby Driver, Zombies Party) en su nuevo filme Última noche en el Soho. Las protagonistas del filme Anya Taylor-Joy y Thomasin McKenzie han enamorado a los asistentes del festival de Sitges en sus papeles interconectados, pese a las dos épocas temporales diferentes en las que habitan.
Un Londres a dos tiempos, donde el barrio del Soho sirve de telón de fondo. En un juego de prismas encontramos en una cara a Eloise (Thomasin McKenzie, Tiempo) en el papel protagonista, una estudiante de moda con habilidades especiales, quien se muda en la actualidad a una ciudad complicada. No podía faltar así, debido a su nombre, una referencia a la canción de Barry Ryan, popularizada en España por Tino Casal. Por otra parte, en la otra cara está la irresistible aspirante a cantante Sandie (Anya Taylor Joy, Gambito de dama), cuya línea temporal se ambienta en los años 60.
La relevancia del Swinging London
La capacidad sobrenatural de Eloise hará que ambas vivan la experiencia de Sandie en la ciudad europea, donde las dos coquetearán con la fama, los hombres, el bailoteo y la moda más chic del momento, en una incursión con mimo hacia el Swinging Sixties o Swinging London. Sorprende la espectacular sincronización de las protagonistas en sus movimientos.
Wright aborda un rico arsenal de referencias artísticas de la década de los 60, donde no pueden faltar una vez más los homenajes musicales habituales en la filmografía del cineasta, con melodías inolvidables como Downton, de Petula Clark, o Última noche en el Soho, de Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich. Esta última canción daría nombre al filme, después de que Quentin Tarantino se la recomendara a su amigo como título.
Si bien, Última noche en el Soho no solo muestra el lado distinguido de la ciudad europea estos años, sino que también refleja los aspectos más negativos de la época: el abuso hacia la mujer, la prostitución... Pese a todo, este se convierte en el filme más feminista de Wright.
La despedida de Diana Rigg
Sus participaciones como Olenna Tyrell en Juego de tronos o la chica Bond Tracy en 007 al servicio secreto de su Majestad han hecho que los casi 60 años de carrera de Diana Rigg sean inolvidables. Su papel como Miss Collins en Última noche en el Soho supone un nuevo éxito para la interprete fallecida en 2020, quien se despide por todo lo grande.
Y como entre chicas Bond se entienden, otra de las actrices que nos decían adiós hace poco era Margaret Nolan, la artista, modelo y actriz que alcanzaba la fama por James Bond contra Goldfinger y en ¡Qué noche la de aquel día!. La británica regresaba de esta forma al cine, después de estar alejada de la pantalla desde 2011.
La petición de Wright al público
Aunque el cineasta no ha podido estar presente en la 54ª edición del festival de Sitges, Wright quería dejar un mensaje grabado de agradecimiento a los espectadores en el preestreno español y una advertencia hacia la experiencia cinematográfica del filme. El británico pedía encarecidamente al público evitar los spoilers lo máximo posible, un aspecto totalmente comprensible después de la experiencia en el visionado.
Una petición de la que también se han hecho eco estos últimos meses cineastas como James Wan (Maligno) o, en su momento, los hermanos Russo (Vengadores: Endgame), en plena era de la instantaneidad en las redes sociales y los comentarios y críticas al minuto.
Después de su paso por Venecia y presentada fuera de competición en Sitges, el thriller psicológico fantástico se convertirá sin duda en la película del año para muchos espectadores, en su desembarco en las salas el próximo 19 de noviembre.
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