Scarlett Johansson es una de las mayores estrellas de cine del mundo, y de esas celebridades que eclipsan cualquier alfombra roja en premieres y festivales de cine de todo el planeta. Sin embargo, por diversos motivos la actriz estadounidense no ha sido una presencia habitual en uno de los escaparates cinematográficos más glamurosos que existen: el Festival Internacional de Cine de Cannes.
Johansson regresa este año a la Croisette como parte del equipo artístico de Asteroid City, la multitudinaria película de Wes Anderson que competirá por la Palma de Oro en el certamen cuya 76ª edición comienza el 16 de mayo. Y, por increíble que parezca, este año tan solo será la segunda vez que haya pisado la alfombra roja de Cannes; y la primera con una película en competición.
La primera vez de Scarlett Johansson
La primera vez que Scarlett Johansson acudió al Festival de Cannes fue en 2005. Estaba allí acompañando la proyección fuera de competición de Match Point, su primera colaboración con Woody Allen y uno de los títulos más importantes de su carrera.
Johansson, que fue nominada al Globo de Oro de mejor actriz de reparto por su papel en este thriller psicosexual con ecos de Dostoievski, llevaba unos años siendo una promesa iridiscente del cine indie gracias a sus trabajos con los hermanos Coen (El hombre que nunca estuvo allí, 2001), Terry Zwigoff (Ghost World, 2001) o Sofia Coppola en Lost in Translation (2003). El filme de Allen, nominado al Oscar de mejor guion original, la catapultó definitivamente al estrellato.
Scarlett Johansson apareció en la alfombra roja cannoise con un vestido de ensueño de la firma californiana Imitation of Christ, vinculada a un colectivo artístico con el que colaboraba en aquella época junto a otras celebridades como Chloë Sevigny.
"No tenía ninguna referencia de Cannes en absoluto. Estaba muy lejos de mi zona de confort, igual que madurar y trabajar. Nunca había participado en algo tan ajetreado y masivo. Películas y estrellas por todas partes", ha recordado la actriz de su visita en 2005, cuando tenía 21 años, en una entrevista reciente con Variety. "Ya había estado en Venecia [con Lost in Translation en 2003] y otro par de festivales antes, pero Cannes es otra cosa".
Johansson volvió a colaborar en otras dos ocasiones con Woody Allen -Scoop (2006), Vicky Cristina Barcelona (2006)- pero, a pesar de que la segunda tuvo su gran puesta de largo en Cannes (de nuevo fuera de competición), ella no acudió al festival junto a sus compañeras Penélope Cruz y Rebecca Hall.
Según se rumoreó en su momento, la ausencia fue debida a las exigencias desorbitadas de la actriz para acudir al certamen francés. Entre ella se incluía a su propia asistente de maquillaje y un alojamiento exclusivo en las afueras de la ciudad.
Scarlett Johansson, chica Venecia
Si bien la presencia de Scarlett Johansson en Venecia ha sido muy escasa, en los últimos años la actriz ha tenido apariciones de alto voltaje en la alfombra roja de otro de los festivales de cine más prestigiosos del mundo: la Mostra de Venecia.
En el Lido es donde han tenido lugar sus desfiles más memorables, como cuando presentó la rompedora Under the Skin, de Jonathan Glazer, en 2013 con un impresionante vestido negro de Versace.
O el aún más recordado vestido rojo de Celine, con pierna y tatuajes de la espalda al aire, que la actriz lució en 2019 con la presentación de Historia de un matrimonio, el filme de Noah Baumbach que protagonizó junto a Adam Driver.
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