Enzo Vogrincic, Agustín Pardella, Santiago Vaca Narvaja, Rafael Federman… puede que sus nombres no te digan gran cosa por el momento, pero eso podría estar a punto de cambiar. Los protagonistas de La sociedad de la nieve, candidata de España para los Óscar y que llegará el 4 de enero a Netflix, ha sido el primer gran título de un reparto compuesto por intérpretes uruguayos y argentinos, que está siendo, hasta el momento, uno de los elementos más elogiados de la nueva producción de J.A. Bayona.
Al contrario que sus actores, el director catalán no necesita presentación. Desde que, en 2007, estrenó El orfanato, una de las películas más taquilleras de nuestra historia, Bayona ha contado con una extraña alianza en su favor: tanto la crítica como el público suelen rendirse ante su obra. Con los cincuenta años aún por cumplir, la carrera de este cineasta lleva casi dos décadas convertida en un camino de rosas. Sin embargo, cuando comenzó a planear el rodaje de El orfanato, bajo la atenta mirada de Guillermo del Toro, el futuro era aún una incógnita. Como lo fue para otro bisoño integrante de El orfanato, Roger Príncep. En su lugar, el porvenir resultó mucho más tortuoso.
¿Qué fue de Roger Príncep?
Príncep interpretaba a Simón, el hijo de Belén Rueda en El orfanato. Al contrario que Óscar Casas, que daba vida a Tomás (sí, bajo aquella siniestra máscara estaba el hermano de Mario Casas), la trayectoria profesional de Príncep no ha discurrido en línea recta, aunque nunca ha dejado de actuar: su etapa infantil, la más fructífera, se saldó con títulos como Los girasoles ciegos, El internado, Los hombres de Paco o Pájaros de papel.
En cambio, cuando llegó a la adolescencia, el que fuera nominado a un Goya como actor revelación se quedó en tierra de nadie: era demasiado mayor para interpretar los papeles que había venido desempeñando hasta el momento, y demasiado joven para aspirar a otro tipo de personaje.
Su agenda se llenó de hojas en blanco. Príncep reconoció en Fotogramas que, en esta época, había atravesado varios periodos depresivos, debido a la impotencia que le generaba la falta de trabajo en un momento de su vida en el que tenía ganas de actuar, y se sabía con capacidad para hacerlo bien. No obstante, la carrera del intérprete, a sus 25 años, parece haber retomado la normalidad, y tiene pendiente de estreno Madrugadas de hielo, el primer largometraje de Álex Agüera, que ya lo dirigió en el corto Dejar ir.
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