En abril del 2022 Sandra Bullock estrenó La ciudad perdida junto a Channing Tatum y Daniel Radcliffe. En el reparto también encontrábamos a Brad Pitt, con quien Bullock repetía en uno de los grandes estrenos de la pasada temporada de verano, Bullet Train. Sin embargo, y tal y como pudo revelar durante la promoción en EE.UU. de La ciudad perdida, estos fueron los últimos títulos donde la veíamos en pantalla, ya que la actriz decidió tomarse un descanso hace ya más de un año. A pesar de que dio a entender de que se trataba de una jubilación efectiva, la actriz que ha entregado a Netflix dos éxitos de la talla de A ciegas e Imperdonable se apresuró a desmentirlo.
“No me retiro, solo voy a pasarme un tiempo lejos de la cámara”, dijo Bullock, insistiendo que prefería disfrutar más de la compañía de su familia. Antes, en Entertainment Tonight, había indagado en los motivos de esta inquietud. “Me tomo mi trabajo muy en serio, pero ahora solo deseo estar con mis hijos y mi familia las 24 horas del día y los siete días de la semana. Eso significa que voy a tomarme un tiempo de descanso”, explicó la protagonista de Speed. “No quiero depender del horario de nadie más que el mío. Estoy tan quemada. Estoy muy cansada y no soy capaz de tomar decisiones saludables e inteligentes, y lo sé”.
En efecto, Bullock reconocía estar quemada de protagonizar películas, algo que ha hecho de forma prácticamente ininterrumpida desde que empezó en el cine a finales de los 80. “El trabajo siempre ha sido constante y he tenido mucha suerte, pero me di cuenta de que se estaba convirtiendo en mi muleta”. La actriz sufre a todos los efectos el síndrome de Burnout o desgaste profesional, reconocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud como un factor de riesgo laboral. El Burnout provoca conductas y sentimientos negativos ante la presión del trabajo, en tanto a agotamiento físico y emocional, y también en sus versiones más severas dolor de cabeza, náuseas e insomnio.
El estrés laboral que sufre Bullock provocó que se retirase para pasar más tiempo con su familia, aunque la actriz de 59 años ha destacado que no es un adiós definitivo. Su idea no era abandonar, sino recuperarse, de forma que podamos volver a tenerla pronto de vuelta en alguna película.
Pero lo que muy pocos sabían, más allá de su círculo más cercano, era que su novio Bryan Randall padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde hace tres años, una enfermedad que mantenían en absoluto secreto y que se ha dado a conocer con su reciente muerte el pasado sábado 5 de agosto a los 57 años.
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios