James Bond no tiene tiempo para morir: cuatro ideas para mantener viva la saga

Mientras los productores buscan un relevo para Daniel Craig, recordamos a los compañeros de 007 que merecen aliviarnos la espera mediante sus propias películas. 
Lashana Lynch, Naomie Harris y Ana de Armas: tres 'chicas Bond' que merecen spin-off.
Lashana Lynch, Naomie Harris y Ana de Armas: tres 'chicas Bond' que merecen spin-off.
Cinemanía
Lashana Lynch, Naomie Harris y Ana de Armas: tres 'chicas Bond' que merecen spin-off.
la fecha de estreno original de Sin tiempo para morir en 2020 y su fecha (¿definitiva?) de lanzamiento el 1 de octubre ha mediado una pandemia mundial, no se lo tendremos en cuenta.

Ha sido un viaje largo y accidentado, como corresponde a la carrera de un agente Doble Cero, pero ya ha llegado a su fin. El estreno de Sin tiempo para morir marca el final de la etapa de Daniel Craig como James Bond, y, por lo tanto, nos condena a una larga espera hasta que los productores de la franquicia escojan a otro intérprete para dar vida a 007. 

Por supuesto, eso dará lugar a una temporada de especulaciones y quinielas sobre quién va a ingresar en la élite del MI6. Pero, aunque el nombre de Idris Elba resulte sumamente tentador, eso no nos interesa aquí. La pregunta del millón es: ¿cómo se mantendrá vivo el interés por la saga durante este interregno? 

Si bien Barbara Broccoli ha negado que el universo de James Bond pueda convertirse en una serie, las posibilidades no se acaban allí. Sin ir más lejos, circulan rumores sobre Phoebe Waller-Bridge, coguionista de esta última entrega, preparando el libreto de un spin-off para la gran pantalla.

Y a ese posible spin-off no le van a faltar posibilidades. Porque, si algo nos ha dejado la 'era Craig', han sido personajes secundarios que se merecen un vistazo  individual a sus aventuras. Eso, sin olvidar los puntos oscuros sobre el pasado del espía que invitan a volver la vista atrás. Échales un vistazo con nosotros. 

Un spin-off con Lashana Lynch y Ana de Armas

Lashana Lynch y Ana de Armas en 'Sin tiempo para morir'.
Lashana Lynch y Ana de Armas en 'Sin tiempo para morir'.
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Reconozcamos que esto se veía venir: Nomi, la agente Doble Cero que le birla su número a James Bond, es un personaje lo bastante potente como para convertirse en heroína de acción por derecho propio. Además, su presencia nos recuerda a esa Jinx (Halle Berry) que jamás contó con el spin-off prometido.

Pero ¿y si endulzamos el trato incluyendo a otra agente supercañera? Paloma, el personaje de Ana de Armas en Sin tiempo para morir, se ha convertido ya en la sorpresa de este filme gracias a su capacidad para engullir martinis con vodka y masacrar esbirros sin arrugarse el vestido. Démosle las gracias a Craig, que presionó para incluir a la actriz cubana en el filme tras haber trabajado con ella en Puñales por la espalda.

Así pues, con estas dos superespías podría tramarse una estupenda buddy movie de intriga internacional. No solo porque ambas trabajen para agencias rivales (una para el MI6, la otra para la CIA), sino también porque lo opuesto de sus personalidades, con esa Nomi perpetuamente cabreada frente a la vivaracha Paloma, puede dar lugar a momentos de gran jolgorio.

Las aventuras de Q y Moneypenny

Ben Whishaw y Naomie Harris en 'Skyfall'.
Ben Whishaw y Naomie Harris en 'Skyfall'.
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Algunos jamesbondianos opinarán lo contrario (de todo tiene que haber en esta vida), pero el regreso de estos dos secundarios resultó uno de los aspectos más entrañables de Skyfall. Y, por extensión, de los dos filmes restantes de esta etapa.

En nuestra opinión, Naomie Harris y Ben Whishaw se merecen ponerse una vez más en los papeles de Eve Moneypenny y Q para vivir su propia historia. La cual podría ser la reivindicación definitiva de los curritos de despacho del MI6 frente a esos Doble Cero que van de acá para allá luciendo musculatura y jugándose el presupuesto de la agencia en timbas de lujo.

Recordemos, además, que la administrativa más eficiente del servicio secreto británico tiene un pasado como agente de campo (que se lo pregunten a Bond... y a sus cicatrices), mientras que su mad doctor oficial puede ser una mina de gags si se ve lejos de su laboratorio (¡y de sus gatos!) para enfrentarse al mundo real. Ante estos hechos: ¿para cuándo este spin-off?

Una precuela sobre el pasado de M

Judi Dench y Hayley Atwell.
Judi Dench y Hayley Atwell.
Cinemanía

¿A ti también se te hizo un nudo en la garganta con el final de Skyfall? ¿Has echado de menos esas broncas con las que la jefaza del MI6 le sacaba los colores a Daniel Craig? ¿Te gustaría una película que le devolviera a la saga Bond su ambientación sixties y el glamour de los años de Sean Connery? 

Pues aún nos queda una forma de remediar esas carencias. Resulta que Judi Dench tenía 30 años en 1964, cuando se estrenó James Bond contra Goldfinger, lo cual apunta a que su personaje vivió de primera mano los años fundacionales de la mitología 007, con sus Aston Martin y su Guerra Fría. Sin ir más lejos, ya sabemos que se curtió como agente de campo dirigiendo la red del MI6 en Hong Kong, un punto caliente donde los haya.

De esta manera, se nos hace la boca agua pensando en un filme en el que la joven M (interpretada, es un suponer, por Hayley Atwell) se enfrente a la vez al supervillano o supervillana de turno y al sexismo de sus superiores. Todo ello espetando one liners como solo ella sabe hacerlo. 

Una precuela sobre el pasado de Bond

Daniel Craig en la década de los 90.
Daniel Craig en la década de los 90.
Cinemanía

Si recuerdas Casino Royale, y quién no la recuerda, tendrás presente una de las mejores escenas del filme: aquella en la que Vesper (Eva Green) deduce sin despeinarse el pasado de James Bond. Un joven de orígenes aristocráticos, pero sin un duro en el bolsillo, que fue reclutado por el MI6 aprovechando tanto sus carencias emocionales y su resentimiento como esa tendencia a resolverlo todo tirando de Walter PPK.

Sumemos a ello que Bond tiene un pasado en las fuerzas especiales del ejército británico (los temidos SAS), y tendremos la propuesta más arriesgada, pero también la más jugosa: un filme que, por primera vez, nos muestre cómo el futuro 007 fue reclutado para el mundo del espionaje.

Encontrar a un actor que encaje en los zapatos de Daniel Craig será difícil, máxime si intenta emular el look del susodicho en los 90, pero la tentación es demasiado fuerte. Con un director y unos guionistas a la altura (Phoebe Waller-Bridge sería ideal), la historia de un joven Bond recién salido de la tenebrosa mansión Skyfall y sujeto al menosprecio de sus compañeros de Oxford puede hacernos empatizar con el superespía como ningún otro título de la saga.

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