¿Fue J.K. Rowling antisemita al crear a los duendes de Gringotts? La nueva polémica de ‘Harry Potter’

El cómico Jon Stewart ha cargado contra la autora al poco del estreno de ‘Regreso a Hogwarts’.
Fotograma de 'Harry Potter y la piedra filosofal'
Fotograma de 'Harry Potter y la piedra filosofal'
Warner Bros.
Fotograma de 'Harry Potter y la piedra filosofal'

La figura de J.K. Rowling no puede estar más cuestionada. Warner insiste en que sigue felizmente asociada con la autora de Harry Potter para las expansiones de The Wizarding World (incluyendo aquella Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore prevista para este 15 de abril, que Rowling vuelve a coescribir), pero circunstancias como su ausencia en el equipo del futuro videojuego Hogwarts Legacy o, sobre todo, el reciente especial de HBO Max Regreso a Hogwarts, indican que la situación es algo más compleja. Todo a costa de las ingentes críticas que se ha granjeado por su aparente posicionamiento ante el colectivo trans, alineado con el feminismo transexcluyente (o TERF).

Tráiler de 'Harry Potter: Regreso a Hogwarts'

Por si hiciera falta más gasolina a este rechazo, el pasado 16 de diciembre el expresentador de The Daily Show Jon Stewart hizo unas declaraciones que abordaban algunos aspectos problemáticos de las novelas, fielmente llevadas al cine por Warner Bros. Se trata de los duendes de Gringotts (o gnomos, como se les llamó inicialmente en algunas traducciones), que dirigen el banco del mundo mágico y que ya en el pasado han sido vinculados con supuestas caricaturas antisemitas. En esta línea, precisamente, indagó Stewart en el último episodio de su podcast The Problem with Jon Stewart. “Así es como sabes que los judíos todavía están donde están”.

“La gente piensa ‘oh, mira eso, es Harry Potter’. Y tú piensas ‘no, esa es una ilustración de un judío en una obra literaria antisemita. J.K. Rowling pensaría ‘¿podemos hacer que estos tipos dirijan nuestro banco?’”. ¿A qué obra literaria se refiere Stewart? Pues al infame Los protocolos de los sabios de Sion, libelo antisemita publicado en 1903 dentro de la Rusia zarista que buscaba justificar ideológicamente el linchamiento de judíos. La obra está incrustada en el ADN de todos los abusos que han sufrido desde entonces, y cuenta con unas ilustraciones que Stewart vincula con el aspecto de los duendes.

En el universo de Harry Potter los personajes pueden “montar en dragones y tener una lechuza como mascota”, prosigue Stewart. "Pero, ¿quién debería controlar el banco? Los judíos. ¿Y si los dientes fueran más afilados?”. El humorista asegura que le decepcionó la reacción del público cuando las películas empezaron a llegar a los cines a partir de 2001. “Fue una de esas cosas que vi en pantalla y esperaba que la multitud dijera ‘santo cielo, Rowling solo ha incluido judíos para dirigir el maldito banco subterráneo. Todo el mundo pensando que fue cosa de magia. Fue tan raro”.

La denuncia de Stewart, en cualquier caso, no es nueva. Las suspicacias levantadas por los duendes de Gringotts ya han provocado en el pasado que el humorista Pete Davidson, por ejemplo, se manifieste contra ellas. “Los bosques están controlados por centauros, las escuelas están dirigidas por magos y fantasmas. Pero, ¿quién controla los bancos? Judíos, obviamente. Pequeños duendes judíos de nariz gigante”. La prolongación de esta controversia, sin embargo, no ha impedido la correspondiente avalancha de comentarios en las redes sociales, y en última instancia ha forzado a Stewart a matizar sus palabras.

Un asunto complejo

En las semanas transcurridas desde entonces HBO Max ha estrenado Regreso a Hogwarts, reuniendo al equipo de las películas para reflexionar sobre el fenómeno. Gracias a la conversación despertada por la mencionada ausencia de Rowling (en paralelo a un par de hilarantes gazapos como la confusión entre los gemelos James y Oliver Phelps y la presencia de una foto de Emma Roberts asegurándonos que se trataba de Emma Watson), la polémica antisemita ha quedado en segundo plano, pero Stewart ha querido aún así abordarla. Lo ha hecho a través de un vídeo de Twitter donde pide que los ánimos se relajen.

“No creo que J.K. Rowling sea antisemita. No la he acusado de ser antisemita. No creo que las películas de Harry Potter sean antisemitas. Adoro las películas de Harry Potter, probablemente demasiado para un caballero de mi edad… y no puedo subrayar esto lo suficiente. No acuso a Rowling de antisemitismo”. Stewart asegura que solo estaba haciendo comedia. “Ella no necesita responder a esto. No quiero que las películas de Harry Potter sean censuradas de ningún modo. Era una conversación informal. Controlaos, joder”. El debate, entretanto, está servido y ha conducido a una interesante declaración de Dave Rich, miembro de la organización benéfica judía Community Security Trust.

“No creo que J.K. Rowling sea antisemita ni que sea responsable de crear caricaturas antisemitas”, afirma Rich. "No hay nada en su historial que lo sugiera; todo lo contrario, pues se ha pronunciado repetidamente en apoyo de la comunidad judía cuando no tenía necesidad de hacerlo. Ahora bien, podríamos tener una discusión fascinante sobre si las representaciones tradicionales de los duendes en la cultura europea han sido influenciadas sublinalmente por las representaciones antisemitas… pero eso no convierte a cada duende en una criatura antisemita”.

Remitiéndonos a los libros, hay que destacar que muchos análisis han considerado a los mortífagos (seguidores del villano Lord Voldemort) como una metáfora de los nazis, en torno a su obsesión por la pureza sanguínea. También que Rowling, en años posteriores a la publicación de las novelas, aseguró vía Twitter que aunque no se hubiera dicho explícitamente, Hogwarts sí contaba con un estudiante judío: Anthony Goldstein. En este punto hay que añadir, sin embargo, que esta última anécdota se ha topado con más burlas que alabanzas según la imagen de Rowling se iba enturbiando.

De cara a clausurar la controversia, remitámonos a las sensatas palabras del profesor Dan Kahan en 2019, cuando aseguró que estaba claro que los duendes de Gringotts estaban codificados como estereotipos judíos. “Pero definitivamente J.K. Rowling no hizo eso intencionadamente”, puntualizó. “Se basó en todo tipo de fantasía y folclore mientras escribía Harry Potter, por lo que es probable que muchos de los rasgos más antisemitas de los duendes estén en realidad relacionados con la fantasía más antigua que rodea a los banqueros”.

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