¿Confundirías a Willem Dafoe con un stripper?

El actor recuerda el día en el que le tomaron por un trabajador sexual 'gracias' a una falda hawaiana.
Willem Dafoe en 'Pobres criaturas'.
Willem Dafoe en 'Pobres criaturas'.
Cinemanía
Willem Dafoe en 'Pobres criaturas'.

Serán los ojos, serán los dientes o serán esos pómulos estratosféricos, pero el caso es que, si bien Willem Dafoe es uno de los actores más respetados de Hollywood, no figura precisamente en los rankings de sex symbols, y menos aún si vemos el look que le ha puesto Yorgos Lanthimos en Pobres criaturas. Pero al principio de su carrera la cosa era distinta, según ha revelado en SmartLess (vía Entertainment Weekly). 

En el podcast de Jason Bateman, Will Arnett y Sean Hayes, Dafoe ha recordado el día en el que le confundieron con un stripper... y requirieron sus servicios sexuales. Todo ello por culpa de una falda hawaiana sin nada debajo. 

Los hechos, explica el actor, tuvieron lugar cuando él formaba parte de la compañía de teatro indie The Wooster Group. La directora Elizabeth LeCompte, entonces pareja de Dafoe, acababa de perder a su padre, de modo que sus compañeros quisieron hacerla reír con un medio infalible: "Cogimos un viejo disco de música hawaiana de los 50, muy hortera, conseguimos faldas de hierba y collares de flores y nos inventamos estos bailes al ritmo de la música". 

Si leer esta descripción te ha dado la risa floja, espérate, porque la cosa no acababa ahí: "La broma estaba en que no llevábamos nada debajo de las faldas de hierba. Así que éramos dos hombres y una mujer, que tampoco llevaba nada debajo y tenía los pechos desnudos". El show, que acabó titulándose Hula, resultó muy popular, de modo que a Dafoe y sus compañeros les llegó una oferta para trabajar en una fiesta privada. 

"Nos ofrecieron mil pavos por persona, y en esa época éramos muy pobres, así que fue como '¡Venga, podemos hacerlo!". Y, si sospechas que la cosa se salió de madre, estás en lo cierto: por lo pronto, tras una broma de Jason Bateman, Dafoe recuerda cómo los invitados a la fiesta empezaron a tirarle billetes de dólar, como si fuera un stripper. 

"Al final, la gente empezó a subirse al escenario diciendo 'Venga, vamos, ¡vente conmigo!". Es decir, que, como resume el actor elegantemente, "se pensaban que eramos unos strippers, y también algo más". 

Todo esto ocurrió en 1982, el mismo año en el que Dafoe debutó en cine en Sin amor, dirigida por Kathryn Bigelow. Posteriormente, filmes como Platoon (por la que fue nominado al Oscar), Vivir y morir en Los Ángeles y La última tentación de Cristo incrementaron exponencialmente su perfil en la pantalla: los días de las faldas hawaianas sin nada debajo habían quedado atrás. 

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