Tras un duro invierno, la primavera cada vez está más cerca de llegar a España, y con ella los colores vívidos volverán a copar los paisajes rurales. Aunque todavía quede un mes para entrar en la estación más vistosa del año y para disfrutar de los días de vacaciones en Semana Santa en condiciones, en algunos lugares de la Península Ibérica ya se puede notar la esencia primaveral, como por ejemplo en la Floración de Cieza.
En la Región de Murcia hay lugares que son auténticas maravillas rurales, y uno de los más espectaculares se da en la localidad de Cieza. En este pueblo situado a media hora de la capital murciana, los árboles comienzan a florecer antes de que llegue oficialmente la primavera y crean una estampa única en España. Y lo mejor de todo es que se puede pasear entre los melocotoneros tan simbólicos recorriendo una preciosa ruta de senderismo que finaliza en los infinitos campos de color rosa.
La Floración de Cieza y sus espectaculares colores
Las variedades de árboles frutales que se encuentran en Cieza son increíbles. Los cerezos, albaricoqueros, almendros y, sobre todo, melocotoneros cobran vida entre finales de febrero y principios de marzo para dar la bienvenida a la primavera, con la que toda la comarca de la Vega Alta de Segura se convierta en un auténtico paraíso.
Las más de 13.000 hectáreas de árboles reciben miles de visitantes cada año que quieren admirar con sus propios ojos la belleza de la Floración de Cieza, que además de ofertar numerosas excursiones para conocer de primera mano este espectáculo primaveral, además de degustar la gastronomía de la región y de conocer a fondo la zona en la que se encuentra esta maravilla a través de una increíble ruta de senderismo.
La preciosa ruta de La Brujilla en Cieza
Una de las mejores maneras de vivir la Floración en Cieza en todo su esplendor es recorrer la ruta de senderismo de La Brujilla, que comienza en el Molino de Teodoro (que se ha reconvertido en un museo) y continúa durante casi ocho kilómetros en los que se contemplan los paisajes más impresionantes de la Vega del Segura hasta llegar a las inmensas plantaciones repletas de árboles en flor.
Esta ruta es ideal para completarla en familia, ya que durante sus ocho kilómetros, que se traducen en apenas dos horas de caminata, los desniveles son prácticamente testimoniales, y el paisaje que rodea a los caminos es uno de los más extraordinarios que se pueden ver durante esta época del año.
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