Cinco planes de altura en el Valle de Tena para disfrutar del Pirineo aragonés

Vista del pueblo de Lanuza con el embalse al que da nombre.
Vista del pueblo de Lanuza con el embalse al que da nombre.
Erlantz Perez
Vista del pueblo de Lanuza con el embalse al que da nombre.

Para todos aquellos que ya no saben cómo convencer a los suyos de que este año, sí o sí, hay que cambiar la playa por la montaña, aquí tienen cinco planazos para disfrutar al máximo de una escapada al Pirineo aragonés. ¿Quién podría decir que no?

Si aún no te sitúas, seguro que te ayuda saber que el Valle de Tena es el que acoge las estaciones de esquí de Panticosa y Formigal. Biescas es el primer pueblo importante que encontramos al entrar al valle por el sur y, al final, casi en la frontera con Francia, nos espera el precioso Sallent de Gállego. Entre estas dos localidades hay paisajes de infarto, rutas para todos los niveles y otros muchos planes. Aquí van cinco, ¡pero podríamos decirte otros 10!

Biescas, al sur del Valle de Tena.
Biescas, al sur del Valle de Tena.
TONO BALAGUER

1. Ruta hasta el ibón

Lo primero que debes saber si viajas al Pirineo aragonés es ¿qué es un ibón? Se trata de una palabra aragonesa que en la actualidad se usa para referirse a los pequeños lagos de montaña de origen glaciar. Y, ¿por qué esto es importante? Porque las rutas más bonitas son las que tienen como destino un ibón.

Unas de las más sencillas y también amenas si vas con niños es la que parte del telecabina de Panticosa. Subirse en el “huevo” es ya una aventura y una manera muy cómoda de disfrutar el paisaje. Desde allí parte una ruta que luego se divide en dos, la que va al ibón de Los Asnos y la que llega a Sabocos. Las dos son cortas, con un desnivel aceptable y un final de postal.

Si buscas más aventura y rutas más exigentes, solo tienes que subir un poco más, hasta la zona del Balneario de Panticosa, y seguir el Camino de los Infiernos hasta los Ibones Azules. Una preciosidad.

¡Una última idea! El ibón de Piedrafita. Se encuentra a los pies de la imponente y escarpada Peña Telera (2.762 metros de altitud). La ruta sigue una pista forestal y no se tarda más de una hora en subir.

Amanecer en Peña Telera.
Amanecer en Peña Telera.
Getty Images/iStockphoto

2. Lacuniacha

El bioparque Lacuniacha se encuentra escondido en el bosque La Pinosa, muy cerca de Piedrafita de Jaca. En este entorno privilegiado habitan más de 30 especies que viven o vivieron en algún momento en los Pirineos. Durante un agradable paseo de unos cuatro kilómetros podrás conocer de cerca a bisontes, comprobar lo grandes que son los osos, divertirte viendo saltar a los sarrios o sentirte un cazador al intentar hacer una foto a los lobos que tan bien saben esconderse. Aquí tienes mucha más info: https://www.lacuniacha.es/

Vista panorámica de Panticosa.
Vista panorámica de Panticosa.
Getty Images/iStockphoto

3. Tren de Tramacastilla

Hasta hace muy poco, este pequeño pueblo era solo conocido por sus restaurantes y sus asados. Ahora hay un motivo más para ir, el tren turístico que te sube hasta Ibón de las Paules. Es un plan más tranquilo, pero con el que aprenderás mucho sobre la vida en el valle y los animales que lo habitan. Además, el tren hace varias paradas para que puedas investigar la zona y disfrutar con calma del viaje. Muy recomendable subir al caer la tarde, cuando los tonos del atardecer logran potenciar la belleza del lugar. Eso sí, coge la chaqueta.

Embalses de Lanuza y Bubal en el Valle de Tena.
Embalses de Lanuza y Búbal.
Poliki

4. Pura adrenalina

¿Sabías que en la localidad de Hoz de Jaca se encuentra la tirolina doble más alta y larga de Europa? Si te gustan las emociones fuertes, este es tu plan. El recorrido de un kilómetro sobrevuela el embalse de Bubal y llega a alcanzar los 90 kilómetros por hora. Si estás convencido, puedes reservar aquí: https://tirolinavalledetena.com/

Iglesia románica de San Juan de Busa.
Iglesia románica de San Juan de Busa.
Ana del Castillo

5. Ruta del Serrablo

No todo es naturaleza en el Valle de Tena. Sus pueblos tienen un rico patrimonio entre el que destacan las catorce iglesias que forman la ruta del Serrablo. Se trata de un conjunto fechado entre los siglos X y XI y que presentan unas características muy peculiares ya que encontramos elementos propios de la arquitectura mozárabe en construcciones que corresponden a un primer románico. Excelentes ejemplos son la iglesia de San Juan de Busa o San Bartolomé de Gavín.

Un extra

¿Echas en falta los deportes acuáticos? No pasa nada. En el Valle de Tena también es posible hacer paddle surf o disfrutar de una piragua. Solo tienes que acercarte al embarcadero del pantano de Lanuza. Pueblo, por cierto, que celebra un festival de música cada verano, el Pirineos Sur.

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