Estonia, la joya poco conocida del Báltico: la mitad del país es verde y tiene 2.000 islas

Tallin (Estonia)
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Tallin (Estonia)

Pueblos medievales detenidos en el tiempo más una poderosa naturaleza, son la combinación perfecta para que caigas rendido a los pies de esta pequeña joya del Báltico.

Estonia, uno de los conocidos como Países Bálticos, es el que está situado más al este, en la frontera con Finlandia y Rusia. También es el que puede presumir de una economía más estable, con una mayor facilidad para crear empresas y unas mejores infraestructuras. Motivos por los que se ha convertido en uno de los destinos preferidos de los nómadas digitales, tal y como ha quedado reflejado en varios estudios los últimos años.

Un país a la moda

Tanto su capital, Tallin, como los paisajes que la rodean son pura inspiración. Uno de los últimos en caer rendido a sus pies ha sido el diseñador Juan Duyos, quien ha celebrado sus 25 años en el mundo de la moda con una colección inspirada la identidad del país. La vida lenta, las cosas bien hechas y el tiempo que se merecen son valores con los que el diseñador se siente totalmente identificado y que han marcado la nueva colección que veremos el próximo mes de septiembre sobre la pasarela.

Tallin, la capital, visita obligada

La capital estonia es una de las grandes joyas del Báltico gracias a su patrimonio histórico, su animada vida y su arte callejero. Todavía es una gran desconocida, pero eso está empezando a cambiar.
La capital estonia es una de las grandes joyas del Báltico gracias a su patrimonio histórico, su animada vida y su arte callejero. Todavía es una gran desconocida, pero eso está empezando a cambiar.
Pixabay/sharonang

Si estás ya deseando poner rumbo a este destino europeo y no sabes por dónde empezar la visita, Tallin, su capital, siempre es una buena opción.

Una vez cruzas sus murallas medievales, muy bien conservadas, accedes a una ciudad que bien podría ser un cuidado escenario. Sus calles estrechas y empedradas se abren en grandes plazas, animando así a seguir paseando y descubriendo nuevos rincones. Sus edificios con fachadas de colores vivos y tejados rojos se alternan con iglesias y sus características torres que terminan en agujas góticas.

Tartuu, ciudad universitaria

Tartuu (Estonia)
Tartuu (Estonia)
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Otras ciudades que bien merecen una visita son Tartuu, ciudad universitaria que será capital de la Cultura en 2024, Pärnu, a pie de playa, o Haapsalu, conocida como la Venecia del Báltico.

La naturaleza, punto fuerte de Estonia

El 50% del territorio de Estonia es naturaleza.
El 50% del territorio de Estonia es naturaleza.
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En Estonia, uno de los países menos habitados de Europa, la naturaleza manda, de hecho, más de un 50% de su territorio son zonas verdes. Esto ayuda a que sea tan sencillo perderse entre frondosos bosques y entrar en contacto con la naturaleza más auténtica y salvaje. Miles de senderos por los que caminar hasta dejar atrás todas las preocupaciones y problemas y poder así regresar como nuevo.

El parque nacional de Lahemaa, el más especial

De los cuatro parques nacionales con los que cuenta Estonia, el de Lahemaa no solo es el que está más cerca de su capital, también el más antiguo y el más especial. Uno de los espacios más destacados son las turberas de musgos, o lo que es lo mismo, humedales cubiertos de musgo. Para poder visitarlos, se instalaron unas pasarelas de madera que hoy en día son uno de los senderos más bonitos.

Playas de arena fina y más de 2.000 islas

Aunque el baño esté reservado solo para los menos frioleros, la costa de Estonia está repleta de playas con arena fina. Mención a parte debemos darle a sus islas, más de 2.000, y en concreto a la de Saaremaa, la más grande. Aislada durante años del resto del país debido a temas políticos, aquí encontramos una Estonia auténtica en la que las tradiciones siguen muy vivas.

El lugar más curioso de esta isla, en la que se respira paz y tranquilidad, es el cráter donde impactó un gran meteorito. También se pueden visitar algunos antiguos molinos, sus impresionantes acantilados y sus pequeños pueblos formados por cabañas con los techos de paja.

La gastronomía, entre la influencia rusa y la nórdica

La comida tradicional de Estonia tiene influencias muy diferentes, por lo que habrá platos que nos recuerden a otros países nórdicos mientras que algunos sabores o el uso de ciertos ingredientes hayan llegado de Rusia.

El pan de centeno no falta en la mesa y un tentempié habitual es el bocadillo de pescado. Entre los platos más típicos destacan el mulgipuder (puré de patatas y avena de cebada), verivorst (una especie de morcilla), el Aspic (una gelatina con base de carne) y, cómo no, una buena cerveza.

Una gastronomía que desde hace unos meses cuenta con el reconocimiento de la tan ansiada estrella que otorga la Guía MICHELIN.

Así que, ya puedes apuntar en tu cuaderno de viaje a los restaurantes 180° by Matthias Diether y NOA Chef’s Hall.

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