El pasado 18 de septiembre, España sumó su bien número 50 en la lista de Patrimonio de la Humanidad. La Menorca Talayótica fue reconocida por la Unesco por ser uno de los paisajes arqueológicos más ricos y singulares de todo el planeta, y es que la isla balear, en apenas 700 km² de superficie, cuenta con nada más y nada menos que 1.586 yacimientos arqueológicos.
A la reunión de las Naciones Unidas celebrada en Riad (Arabia Saudí), donde se decidió la incorporación de este nuevo bien a la lista, España también llevó la candidatura de "El paisaje Dulce y Salado de Sigüenza y Atienza", ya que fue aceptada por el Consejo de Patrimonio Histórico para ser incluida en la lista indicativa española de Patrimonio Mundial, es decir, un inventario de los bienes susceptibles de ser declarados como tal en el futuro.
Un ecosistema propio y excepcional
"El paisaje Dulce y Salado de Sigüenza y Atienza forma parte de la paramera de Sigüenza, que se extiende entre el Sistema Central y la Cordillera Ibérica. La interacción entre el ser humano y este excepcional espacio natural ha conformado un ecosistema propio, definido desde la Edad Media, que se ha mantenido hasta la actualidad sin apenas modificaciones", señalan desde la Consejería de Cultura de Castilla-La Mancha".
El paraje se extiende desde el Parque Natural del Barranco del río Dulce al sur, hasta la villa de Atienza al norte, abarcando una superficie de 219 km². Estas tierras de la provincia de Guadalajara están atravesadas por el río Dulce, que va creando manantiales a su paso, y como contrapunto, el río Salado y sus salinas de gran pureza, de hecho es "una de las zonas de explotación salinera más antiguas e importantes de la península ibérica, documentada como tal ya desde el siglo XII"; detallan. Todo ello enmarcado en un paisaje de gargantas y hoces, que se van intercalando con zonas agrícolas.
Pintorescos pueblos medievales en Guadalajara
Además de los elementos naturales, en este paisaje se engloban diferentes poblaciones medievales, cada una más pintoresca que la anterior. Se trata de las localidades de Sigüenza y Atenza y quince aldeas: Imón, Matas, Palazuelos, La Barbolla, Bujalcayado, Carabias, Cercadillo, Pozancos, Riba de Santiuste, Riosalido, Ures, Pelegrina, La Cabrera, Cincovillas y La Olmeda de Jadraque.
Por ejemplo, en Imón y La Olmeda, destacan sus salinas históricas. Por otro lado, no podemos perdernos los impresionantes conjuntos arquitectónicos Atienza y Palazuelos, así como los castillos de La Riba de Santiuste y Pelegrina, y los monumentos religiosos como la iglesia del Salvador de Carabias.
La joya de la corona es Sigüenza, con su castillo del siglo III convertido en Parador de Turismo. Otras paradas obligatorias son la Catedral de Santa María de Sigüenza, un bello ejemplar del estilo del primer gótico; la Casa del Doncel, un antiguo palacio; la iglesia de San Vicente o de Santiago; los restos de la antigua muralla; la Plaza Mayor, el Barrio Humanista; la casa Plateresca; el Palacio Episcopal y el Convento de San Francisco.
Cómo visitar este paisaje
El trayecto entre la ciudad de Guadalajara y Sigüenza es de 50 minutos por la A-2 y la CM-1101. Desde Madrid asciende a 1 hora y 40 minutos por la A-2. Por otro lado, para llegar hasta la villa de Atienza, el trayecto es de 1 hora y 10 minutos por la A-2, y de 2 horas también por la A-2 desde Madrid.
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